El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
La incursión de la izquierda
Al olvidarse o al abandonar la UNAM el Gobierno Federal, dejó de lado a sus líderes estudiantiles, y se permitió la entrada de la izquierda en ella, teniendo un lugar propicio para crear liderazgos y redes de organizaciones, haciendo creer que la mayoría que los estudiantes, académicos y trabajadores son en su mayoría de ideas de izquierda, siendo eso del todo incorrecto, ya que la Máxima casa de estudios del país tiene toda la gama de ideas y de pensamientos.
Desde 1971 no ha entrado Presidente al campus universitario, siendo el último de ellos Luis Echeverría Álvarez, con los resultados por todos conocidos, donde al ir a inaugurar el ciclo escolar, fue increpado y perseguido por los integrantes de los Comités de Lucha y tuvo que salir huyendo de la Universidad.
A finales de 1986 y principios de 1987, se genera un movimiento estudiantil por parte de la izquierda, con el pretexto de las Reformas Universitarias (con base en el libro «Fortalezas y debilidades de la UNAM» del Rector Jorge Carpizo Mc Gregor), creando un grupo estudiantil llamado Consejo Estudiantil Universitario (CEU), y cuyos líderes fueron: Carlos Imaz, Martí Batres, Antonio Santos, Imanol Ordorica, Fernando Belauzaran, y varios más.
Contando este grupo con el apoyo del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, Partidos Socialista Unificado de México, Partido Socialista de los Trabajadores, el Sindicato de la UNAM, y organizaciones sociales de izquierda (FPFV, UPREZ, etc) entre otros, siendo el Grupo de Animación Deportiva el contrapeso político y quienes les hacen frente, evitando por días la toma de Escuelas y Facultades, hasta que las autoridades universitarias deciden revocar el proyecto de reforma y se da lugar a la entrega de las instalaciones universitarias al CEU.
Desde esas fechas es que los grupos y líderes de izquierda se incrustan en las áreas de dirección y toma de decisiones de la UNAM, tomando como base de sus acciones y sus movimientos a la Universidad Nacional, logrando en 1997 apoderarse también del Distrito Federal
En 1999 estalla una huelga que dura cerca de nueve meses y esta se da debido a la falta de equilibrio por parte de los grupos ligados a la institución y a las autoridades, ya que al no haber grupo estudiantil que les hiciera frente pudieron manejar a la UNAM a su entera voluntad y a la de los líderes del PRD y actualmente a los de MORENA.
Posteriormente a la huelga han surgido mas grupos pero todos contrarios a los Gobiernos Federales, como los colectivos, anarquistas, soy 132 y demás organizaciones que encuentran en el ámbito universitario una oportunidad de surgir y de propagarse, ya que no existen grupos de contrapeso y de equilibrio que los confronten ideológicamente e impidan su crecimiento desmedido.
El reto de los urgidos para suceder a José Narro es de gran envergadura pues deberán conciliar con todos los grupos para lograr sus objetivos. Hasta ahora son tres los que llevan la batuta; Sergio Alcocer, Rosaura Ruiz y Bolívar Zapata, la moneda está en el aire y se definirá en los próximos días.
Arrasa cementera en Hidalgo
Especuladores de la tierra pretenden comprar a tan solo dos pesos más de tres mil 500 hectáreas para explotar la materia prima para la fabricación de cemento en un polígono que afecta a las comunidades de Maxcanú, Chocholá y Kopomá.
Los pagos por la tierra son “irrisorios” pues con engaños y bajo presión, los empresarios ávidos de ganancias fáciles buscan arrebatarles su patrimonio a los indígenas a quienes pusieron a competir entre sí para abaratar los predios, pese a que en las primeras operaciones ya pagaron 28 pesos por 42 hectáreas pertenecientes a Kopomá.
La voracidad de la industria cementera llegó al sureste mexicano donde el despojo del patrimonio de los pueblos indígenas y campesinos es una práctica recurrente y en Mérida arrasaran con tres mil 500 hectáreas de zona semi-tropical, vestigios arqueológicos y contaminaran los mantos freáticos.
Las negociaciones para la compra de los ejidos, van muy adelantadas incluso la firma cementera cuenta con estudios que garantizan el éxito de la extracción de materiales y la línea de colocación del producto a costa de despojarles su patrimonio a los dueños de las tierras.
Inconformes por los abusos los dueños de las tierras, aseveran que los precios por metro cuadrado que les ofrecen están muy lejos de su valor real, tanto en el suelo como en el subsuelo (hasta 9 metros de profundidad), aunado a que a la fecha no se les ha informado que clase de industria se instalara en sus dominios.
Investigaciones de los propios ejidatarios revelan que se trata de una cementera, por lo que exigen de entrada a las autoridades ambientales obligar a los empresarios cumplir con las normas para que sea cual sea el giro la inversión no afecta a los yucatecos.
Denunciaron que autoridades están coludidos con los especuladores e inversionistas por lo que temen que de no aceptar los dos pesos por metro cuadrado les expropien.
Comunidad Ñañu, la más afectada
TOME NOTA: En el municipio de Maxcanú, está el ejido que lleva el mismo nombre el cual se ubica a 45 minutos de Mérida, por la carretera que conduce a Campeche capital, en esa zona los inversionistas quieren comprar mil 170 hectáreas, patrimonio de 2 mil 240 ejidatarios.
Por lo que hace al ejido de Kopomá, las reuniones para la compra-venta de las tierras se llevan a cabo en la Consejería Jurídica. En este ejido pretenden adquirir mil 600 hectáreas a un precio de dos pesos con 20 centavos por metro cuadrado y los afectados serían 564 ejidatarios
Finalmente en el ejido de Chocholá, ya existe un compromiso de compra-venta de 520 hectáreas y ya fueron pagadas las primeras 42 hectáreas a un costo de 28 pesos por metro cuadrado. Estas tierras propiedad de 440 ejidatarios cuentan con salida a la carretera federal a Mérida y a la espuela del ferrocarril.
En esta parte del polígono los especuladores de tierra tienen el compromiso de cerrar la operación a principios del mes de diciembre de este año, por eso la presión a los ejidatarios.