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CIUDAD DE MÉXICO, 9 de febrero de 2016.- México reconoce al Papa Francisco como Jefe de Estado, por lo que habrá un componente oficial que permitirá un diálogo abierto entre el Sumo Pontífice y el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
La Presidencia destacó que la visita del Sumo Pontífice a México tiene como propósito ahondar en el fortalecimiento de una relación respetuosa y constructiva, que se traduzca en acciones conjuntas en favor de las mejores causas de la humanidad.
“La Santa Sede es, sin duda, un actor estratégico de la comunidad internacional, cuya influencia en el ámbito multilateral —particularmente en temas de interés para México— se ha manifestado claramente durante el pontificado del Papa Francisco”, puntualizó.
Debido a su investidura religiosa como Sumo Pontífice, la visita del Papa Francisco es de carácter apostólico.
Este carácter permitirá un diálogo entre las autoridades de México y la Santa Sede, para explorar los mecanismos que permitan que la relación bilateral siga dando frutos en los temas de interés compartido.
Para tomar en cuenta:
-México es el segundo país con más católicos en el mundo –después de Brasil– y el primero de habla hispana (82.7 por ciento de su población, de acuerdo con el Inegi).
-La visita del Papa Francisco a México será la séptima visita de un Papa al país. Juan Pablo II realizó cinco visitas a México y Benedicto XVI llevó a cabo una visita.
-Francisco es el Papa número 266 de la Iglesia católica, el primer Papa no europeo en mil 300 años, el primer latinoamericano y el primer jesuita.
-El Papa Francisco ha visitado 19 países, incluyendo México. Sus próximas visitas serán Polonia (Jornada Mundial de la Juventud), Colombia, Argentina, Chile y Uruguay. Visitó México en 2 ocasiones: en 1970 y 1999.
-La Santa Sede mantiene vínculos diplomáticos con 180 países.
-Ha desplegado 99 Nuncios Apostólicos en el mundo.
La Presidencia indicó que la presencia del Papa Francisco en México será una ocasión propicia para renovar la voluntad de construir un mundo más humano, fraterno y justo basado en la prosperidad compartida, y con la dignidad humana y el respeto a los derechos humanos como premisas fundamentales.