Libros de ayer y hoy
“Los casos ‘limpieza anticrimen’ de Calderón fracasan”, tituló una de las grandes cadenas noticiosas internacionales un texto sobre la exoneración de cinco altos mandos acusados por el gobierno del exiliado ex presidente de tener vínculos con el crimen organizado.
Estas liberaciones no se dieron únicamente con Enrique Peña Nieto en la presidencia, sino que se han concretado a lo largo de ocho meses, en los que lenta pero inexorablemente se ha ido desmoronando la falsa imagen de la guerra impulsada por el calderonismo. Cada día queda más claro que se trató no de un esfuerzo genuino por traer paz a nuestro país, sino de una estrategia de legitimación que incluyó una inmoral utilización del aparato del Estado con fines políticos.
Por su prestigio y la estatura de los cargos que ha desempeñado, la absolución al general Felipe Ángeles Dauahare ha sido el más notorio golpe para la “Operación Limpieza” emprendida por Calderón. Tanto el comunicado oficial en el que la Secretaría de la Defensa Nacional se congratula por la liberación como la declaración del general, “sufrí terrorismo de Estado”, resultan clavos en el ataúd del legado calderonista.
Para quienes hemos analizado con detenimiento y visión crítica la guerra calderonista este asunto se veía venir. Ya en agosto de 2012 señalé en una de mis colaboraciones que “se confirma el gobierno de Felipe Calderón como un sexenio negro para los hombres de armas. Dejados a la intemperie del golpeteo político y expuestos en labores para las que no tenían suficiente respaldo jurídico —lo cual compensaron con lealtad y entrega— ahora enfrentan un escándalo de proporciones mayúsculas en las acusaciones de vínculos con el narcotráfico lanzadas contra un grupo de militares del más alto rango”.
A ello añadí que en el caso específico del general Ángeles había “dudas sobre la veracidad de las acusaciones”, pues “como se volvió modus operandi en los últimos años, la PGR ha lanzado una serie de ofensivas mediáticas que tienen mucho más impacto político que jurídico”. Con la liberación del general ahora ha quedado clara —hasta jurídicamente— la veracidad de dichas aseveraciones.
El asunto no termina aquí, pues Ángeles Dauahare ha anunciado que solicitará audiencias con el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, y con el secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos Zepeda, para después analizar si interpondrá denuncias contra quienes utilizaron falsedades para tenerlo casi un año en prisión.
Para Genaro García Luna, para Marisela Morales y para el propio Calderón esto es una pésima noticia, pues cada día vemos que de manera extremadamente rápida se están esfumando sus supuestos “logros”, dejando como herencia únicamente el peor aspecto de su estrategia guerrera: la sangre, la muerte y el dolor de miles de familias mexicanas.
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QMX/me