A CONSIDERAR: Legisladores: a comenzar bien la partida

01 de octubre de 2012
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8:09
Manuel Espino

Muy parecido resulta el inicio de una legislatura: diputados y senadores se encuentran ante su prueba de fuego con los temas a dictaminar, así como frente a la oportunidad de demostrar que tienen los alcances para sentarse en esos escaños y esas curules, que son merecidamente su lugar. Tendrán que acreditar capacidad de diálogo para acordar sin chantajes por miedo.

Estos contactos inaugurales van a determinar no solo el resultado de las iniciativas valoradas,  sino que también sientan un tono que puede afectar —incluso durante años— las relaciones entre las bancadas del propio poder Legislativo así como con los otros poderes de la Unión.

Actualmente el panorama se antoja difícil, por la naturaleza controvertida de las dos iniciativas preferentes que inauguraron el debate. Por un lado está la enviada por el presidente electo, Enrique Peña Nieto, que busca hacer más transparente  y menos propenso a la corrupción el uso de los dineros públicos. Por otro, la propuesta laboral de Felipe Calderón.

Obvio resulta que hay grupos de poder de enorme influencia en la política nacional que utilizarán la discusión de estas propuestas como una arena para zanjar sus diferencias con nuevas reglas, esas que impone la presencia de un nuevo y determinante jugador: el Presidente electo.

Además, sindicatos, empresarios, gobernantes de los tres órdenes e incluso otros países estarán atentos a estas primeras escaramuzas, que resultan tan reveladoras como lo será el discurso de toma de posesión y las acciones simbólicas de los días que inaugurarán el sexenio. Porque Enrique Peña Nieto podrá no tener aún el ejercicio oficial del mando, pero ya cuenta con el poder real y lo ejerce bajo la atenta mirada de México y el mundo.

Hay que considerar además que resultan importantes no solo los resultados de las votaciones legislativas de estos primeros días. No se trata tan solo de ver quién gana y quién pierde. En una democracia las cosas no son tan simples. Es necesario analizar también las alianzas que se forman e incluso el trato que se da a las minorías derrotadas: Si hay quienes optan por regodearse en su victoria, mucho daño harán a la construcción de futuros acuerdos. Hay que dar salidas dignas y permitir a los adversarios salvar la cara ante sus partidos y sus electores.

Igualmente en cada uno de los congresos locales y en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal es necesario comprender el inicio del nuevo sexenio no desde una óptica puramente local o con el ánimo de ganar batallas locales, sino con el ánimo de sumar al gran concierto de la vida nacional con ánimo de concordia.

Por todo ello —independientemente de los resultados de las reformas en materia laboral y de transparencia— a todos quienes nos interesa genuinamente el futuro de México tenemos la obligación de contribuir a un clima de diálogo y de encuentro desde nuestros espacios ciudadanos, que marque el inicio de un sexenio pleno de acuerdos constructivos.

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