Abanico
Uno de los absurdos de la política es la decisión de que hay temas que son solo para un grupo pero de ninguna forma para otro.
¿Puede haber derechos humanos distintos para países desarrollados y en desarrollo? ¿Vale de alguna forma creer que hay derechos humanos para izquierda o para derecha? ¿Es posible excluir a algún grupo?
Peor aún ¿puede haber un país demasiado pobre o demasiado rico para ser sujeto a la ley?
Supuestamente no. Pero de creer reportes procedentes de Washington es una posibilidad importante, una que afecta al sistema interamericano de Derechos Humanos.
Algunos países, por posturas ideológicas, quieren que el sistema -la Comisión Interamericana de Derechos Humanos entre otras organizaciones- salga de Washington. Se vale, aunque el mensaje subyacente es que consideran esos organismos como proclives a los intereses estadounidenses.
Pero por todo lo que se sabe, en materia de derechos humanos estamos en un continente donde difícilmente podríamos encontrar inocentes.
No es necesariamente una mala idea, pero si de lo que se trata es aislar a la Comisión y al sistema en general de “contaminaciones” cualesquiera sea lo que se considera así, ciertamente no podrían, ni deberían, quedar en capitales como Caracas, Managua, México, La Paz, Brasilia, Buenos Aires, donde la empatía política pueda llevar a querer excepciones… es mas, tal vez el sistema debiera ser enviado a otro continente y si realmente se quiere un aislamiento de todo riesgo ideológico-político, a una isla deshabitada.
La realidad sin embargo es que tan negativo sería que Estados Unidos o cualquiera otro Estado impida la participación de otros países como la de que alguna de esas naciones, o una alianza de ellas, impida o busque impedir la participación estadounidense o de algún otro.
No hay problema ciertamente con la idea de organismos subregionales que sean excluyentes sobre la base de argumentos geográficos. Es absurda la idea de exclusiones por alegatos político-ideológicos, y menos de agrupaciones regionales: la Organización de Estados Americanos (OEA) sin Cuba fue, es y mientras siga así será, una gran tontería.
Ahora si lo que se quiere en última instancia son comisiones de derechos humanos “a modo” con fallos “a modo” y con condenas a-cualquiera-menos-a-mi-y-a-mis-simpatizantes, no vale la pena siquiera hablar de cambios. ¿Para qué?
QMX/jcf