¡A los connacionales se les defiende con acciones!
Washington.- El discurso de toma de posesión que el presidente Barack Obama pronunció el lunes fue abiertamente liberal y al menos de acuerdo con sus opositores republicanos, el presagio de muchas peleas por venir.
No que las posiciones de Obama hayan cambiado mucho ni que hayan estado ocultas. Pero de acuerdo con la opinión de un creciente número de periodistas políticos, por un lado dio a los republicanos los argumentos que necesitan para agruparse y con ellos una excusa que permite a sus líderes actuar con más libertad.
En alguna medida, el problema de los republicanos no es que hayan perdido las elecciones sino la división en sus filas. Algunos en las filas de los más o menos moderados consideran que la intransigencia de los “ideológicamente puros” que llegaron con la ascendencia de los “partidos del té” y los grupos religiosos han hecho políticamente complicado, si no imposible, la tarea y la posibilidad de hacer política: la negociación.
Pero con un Obama en funciones ideológicamente partisanas, afirman analistas como Ron Fournier en “The National Journal”, los republicanos no están solos y de hecho el propio Obama habría adoptado también una postura más confrontacional en su discurso.
“Obama está elevando expectativas, esta vez para combatir sobre una agenda liberal que salvará al planeta, fortalecerá la clase media, protegerá subsidios, regulará armas y ampliará los derechos homosexuales. Aún si fallara en pasar sus políticas en el Congreso, Obama puede decir ahora que peleo la buena lid”, indicó Fournier.
Pero eso puede no ser suficiente para tener éxito o para ser considerado como un gran presidente y de hecho otro analista, David Ignatius de “The Washington Post”, consignó que “el país necesita un presidente que pueda hacer mas que adelantar incrementalmente una agenda” sino uno que pueda unificarlo para reestructurar programas sociales y preservarlos por décadas. “Obama se movió en la dirección contraria”, afirmó.
Es cierto sin embargo que los republicanos nunca han estado exactamente dispuestos a ayudar a Obama en forma alguna y que los esfuerzos del mandatario en los primeros meses de su primer período de gobierno encontraron con mas frecuencia que no la renuencia o el rechazo de sectores republicanos tan ideologizados que nunca aceptaron compromisos ni ofrecieron alternativas moderadas.
Mas aún, en gran medida los primeros cuatro años de Obama fueron dedicados a subsanar en lo posible el desastre económico que heredó del gobierno republicano de George W. Bush, causado por políticas económicas favorecidas por los propios republicanos.
Algunos consideran que Obama es copartícipe ahora de la mentalidad de “nosotros contra ellos” de los republicanos y que los Estados Unidos enfrentan años de una dura lucha partisana. Pero también es importante subrayar que Obama se basa en los resultados de la elección de noviembre último y el apoyo que recibió de una coalición creciente en términos de números.
Si eso será suficiente para asegurarle victoria en su programa de gobierno es otra cosa. Los próximos meses van a ser definitivos en ese sentido y es posible que los republicanos, pese a su control de la Cámara baja, se vean obligados a aceptar y aprobar las propuestas del mandatario.
Pero como diría la maldición china, los tiempos son interesantes.
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