A DOS PUNTAS: El tema migratorio vincula a latinos y demócratas

26 de junio de 2012
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José Carreño

El debate, que en algunas ocasiones ha variado para llegar a un mas elemental ¿quien es un ser humano?, estuvo en gran medida en el núcleo del debate que llevó a la Guerra Civil de 1861-65 aunque el pretexto formal haya sido la defensa de los derechos de los estados -a tener una economía basada en la esclavitud-.
La Suprema Corte estadounidense rechazó el lunes un recurso de inconstitucionalidad presentado por el Gobierno del presidente Barack Obama contra una disposición central de la ley de Arizona contra la inmigración ilegal, que requiere que la policía verifique la situación migratoria de las personas que arreste o simplemente detenga por sospechar que están ilegalmente en los Estados Unidos, y opinó que no parece violar la Constitución al entrometerse en los poderes del gobierno federal para controlar la inmigración.
La decisión despeja el camino para que otros estados con una postura de dureza hacia la inmigración establezcan la misma regla, que los latinos temen lleve a hostigamientos y la autoridad de hecho de que la policía detenga para interrogatorio a toda aquella persona que no le parezca “estadounidense”.
Esa decisión despeja la posibilidad de que medidas similares sean adoptadas en otros estados del país y se coloca en el centro del debate político, que ahora se fija en las cada vez mayores posibilidades de que los latino-estadounidenses se movilicen en favor de Obama, menos como reflejo de simpatía que para expresar su rechazo a los republicanos.
Muchos hispanos están o estaban decepcionados de Obama por su demora en cumplir con la promesa de buscar una reforma migratoria integral, pero la reciente decisión de permitir de hecho la estancia de los jóvenes indocumentados que se criaron en Estados Unidos cambió la percepción y ahora la decisión de la Suprema Corte, que tiene una mayoría de jueces nombrados por presidentes republicanos, puede cambiar la situación.
De hecho, especialistas hispanos estimaron la semana pasada que este año voten algo mas del 60 por ciento de los 19 millones de ciudadanos latino-estadounidenses, con la potencialidad de cambiar la inclinación y tal vez los resultados en cinco estados con la posibilidad de inclinar la balanza electoral estadounidense: Arizona, Nuevo México, Colorado, Nevada y Florida.
Pero al mismo tiempo algunos hispanos se quejan ya de la posibilidad de medidas para disuadir a los hispanos de registrarse y votar, especialmente aquellos recién naturalizados…
Para los latinos, como para todos los estadounidenses, la economía es una gran preocupación. Profunda, incluso. Pero el tema de movilización es la migración, aún para aquellas familias que llevan cuatro o cinco y hasta mas generaciones en Estados Unidos o son ciudadanos, como los puertorriqueños, si no por otra razón porque el que cualquier policía los pueda detener para interrogación es discriminatorio: muy difícilmente se verán detenciones de canadienses, ingleses o europeos -aunque puedan ser indocumentados-.
En su excelente libro “Thirteen American Arguments” (Las trece discusiones estadounidenses), Howard Fineman recuerda que uno de los puntos sin resolver en los Estados Unidos es uno que ha evolucionado de ¿quien es un ser humano? a ¿quien es un estadounidense? de ida y de regreso.
El debate es tan viejo como los Estados Unidos y cubre lo mismo los debates en torno al aborto y el momento en que un feto comienza a ser persona a quien pueda ser definido como estadounidense, incluso de hecho si personas de otros grupos raciales -esto es no anglosajones blancos- pueden ser consideradas como personas y por tanto posiblemente estadounidenses.
Es importante recordar que ese debate, esencialmente, estaba en el núcleo de la discusión que en 1861 llevó a que un grupo de estados del sur estadounidense decidiera separarse de la Unión Americana por considerar que un posible nuevo mandato del gobierno federal violaría la soberanía de los estados al eliminar la esclavitud.
Fineman indica que esos grandes debates estadounidenses no han sido resueltos y probablemente nunca lo serán, con cada generación agrega una interpretación o un giro propio a la discusión.
La aportación de la actual generación, tal vez, sea la situación de los latinos…

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