
Libros de ayer y hoy
Si alguien preguntase hoy cuales son los principales problemas en la relación México-Estados Unidos podría nombrar varias cosas, pero probablemente olvidaría mencionar uno, y muy importante: la violencia fronteriza pero no la que pasa de México a Estados Unidos sino la que va de Estados Unidos a México.
Quién sabe si a estas alturas las autoridades mexicanas ya permiten otra vez que representantes de la Patrulla Fronteriza o su matriz llenen sitios en la Embajada de Estados Unidos en México, donde fueron “congelados” desde noviembre.
Pero francamente, si hubiese alguna dependencia del gobierno estadounidense que debiera ser puesta en cuarentena es el Departamento de Seguridad Doméstica (DHS) que dirige Janet Napolitano.
No se trata de una competencia sobre quien hace mas o menos delitos o tiene mayor o menor responsabilidad en los problemas. No hay duda que en el afán de entrar a los Estados Unidos sin documentos o en el de acarrear drogas, los mexicanos individualmente pueden cometer mas delitos que los que hagan los estadounidenses. Ok. No es agradable pero es cierto.
De creer a los estadounidenses, los señores que tienen el megáfono y suelen marcar la agenda, los problemas son principalmente si no totalmente responsabilidad mexicana.
Pero cuando un agente de la Patrulla Fronteriza mete su arma a través de resquicios en la reja en la frontera y dispara ocho veces de arriba hacia abajo, incluso siete por la espalda, contra un adolescente mexicano que tal vez le tiró una pedrada, resulta un abuso. Y mas abuso aún cuando el agente en cuestión es defendido como si se hubiera enfrentado a una guerrilla de al Qaeda en Afganistán.
Pero el caso es que el adolescente era mexicano y no estaba escondido en cuevas ni en quebradas o regiones desérticas, ni estaba “armado”, si acaso, con algo mas que piedras. Y ocho disparos son francamente un exceso de fuerza si aceptáramos que deveras fue defensa propia.
Peor aún, estaba en territorio mexicano.
¿Cual sería la reacción estadounidense si un policía mexicano -o canadiense- disparase contra un civil en Estados Unidos aunque el personaje en cuestión le hubiera lanzado piedras o incluso disparado desde suelo de su país.
Dicen las autoridades estadounidenses que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) realiza una indagación al respecto y están a la espera de un reporte.
Lo mas probable es que el sindicato -o el equivalente- de la Patrulla Fronteriza y el DHS defienda a muerte al por ahora legalmente presunto pero en términos reales verdaderamente asesino.
Pero por favor, después no hablen de justicia…
QMX/jcf