
Historias Surrealistas
Cuando el presidente Barack Obama anunció la intención de lanzar a su país en la negociación de acuerdos de comercio e inversión con la Alianza TransPacífica y la Unión Europea difícilmente sorprendió a nadie y por fortuna, menos a México.
De hecho, expertos como Beatriz Léycegui y Jaime Zabludovsky, para mencionar a dos de los más destacados, habían advertido hace meses de la posibilidad y la importancia de esas negociaciones.
Y ambos habían subrayado que México -al igual que Canadá por cierto- no podría darse el lujo de permitir que los Estados Unidos realizaran las negociaciones solos. De hecho, para citar a Léycegui, sería importante que la negociación con Europa, o con los países asiáticos, se realizara como región, como América del Norte.
Son potencialmente los acuerdos comerciales mas importantes de la historia; de un lado, una agrupación europea considerada pese a su crisis como la agrupación económica más fuerte del mundo. En el otro se encuentra una región que aun sin incluir a China y Japón es vista como una colección de potencias económicas, si se les ve aisladas, o una regiòn de una potencialidad extraordinaria.
Las posibilidades de la Alianza TransPacífica son tales que muchos la consideran como una organización capaz de hacer presión sobre China.
México no puede, ni debe, estar ajeno a esa situación. Como nación tiene el 80 por ciento de su comercio internacional con los Estados Unidos y por tanto está en capacidad y obligación por interés propio de tratar de evitar que los acuerdos que potencialmente sean logrados afecten sus propios intereses y específicamente su propio comercio con Estados Unidos.
Igualmente tiene que vigilar de cerca la redacción de tratados que de una u otra forma pueden calificar o modificar su propio Tratado de Libre Comercio de América del Norte con EEUU y Canadá, hoy por hoy uno de los mas grandes del mundo.
De hecho, el puro comercio bilateral con Estados Unidos ascendió en 2012 a unos 494 mil millones de dólares, una cifra que se dice con rapidez y hasta facilidad. Lo difícil es acumularlos y de hecho son pocas las relaciones comerciales del mundo que tienen un volume de esa magnitud.
De acuerdo con cifras del Departamento de Comercio estadounidense, México adquirió el año pasado bienes y productos estadounidenses por 216.3 mil millones de dólares, que representan justamente dos mil millones de dólares mas que los adquiridos por China (110.6 mil millones), Alemania (48.8 mil millones) y Gran Bretaña (54.8 mil millones) juntos.
La realidad indica que México no tiene mas alternativas que participar en esas negociaciones. Y lo importante es que ni el gobierno ni los mexicanos, al menos esta vez, sean sorprendidos por los hechos. Lo que se logre, o no, será otra cosa…
QMX/jcf