A DOS PUNTAS: “Tiempos interesantes”

11 de diciembre de 2012
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9:56
José Carreño

Un reporte de la Dirección Nacional de Inteligencia estadounidense advirtió que para 2030, los Estados Unidos dejarán de ser un  poder hegemónico mundial, pero también que ningún otro país lo será.

Para muchos la idea de la decadencia estadounidense resulta atractiva. El “imperialismo”  será finalmente puesto en orden… pero contra la noción idealizada, ese mundo multipolar lo será no  por otra razón que el surgimiento de otros imperialismos, o si se quiere, de otras hegemonías regionales.

Para futurólogos y politólogos, ese nuevo mundo será en cierta forma como el del siglo 19, cuando una serie de potencias trataba de asegurar su hegemonía sobre su esfera de influencia.

Pero ese mundo del futuro parece mas complicado que el del siglo antepasado. Si el de hace 150 años era un mundo donde las potencias competidoras estaban centradas en Eurasia, el de mediados del siglo 21 aparece con el eje desplazado hacia el Asia extrema, con un Japón envejecido en competencia con una China en pleno poder pero limitada, tal vez, por la India por un lado, Rusia por el otro y una posible alianza de países relativamente menores que hoy conocemos como los nuevos dragones: naciones como Vietnam y Malaysia, como Filipinas, Indonesia, Singapur y Australia, probablemente Corea del Sur, recelosos del poder de Beijing y aliados de facto de alguno de los otros poderes de la región o fuera de ella.

O tal vez no.

El nuevo juego geopolítico apenas empieza. Y ciertamente están las otras regiones del mundo, algunas donde la Unión Europea todavía puede ejercer influencia, o donde Sudáfrica puede erigirse en la potencia regional hegemónica o Brasil, con su círculo de influencia y mas allá del eterno calificativo de “país del mañana” que ahora lo aflige.

Y curiosamente la mayoría de esos países son naciones con una doctrina, una ideología de nación con destino manifiesto. En otras palabras con tendencias imperiales.

La competencia entre ellos no será ya necesariamente por petróleo, pero si por recursos naturales, del agua a metales y los escenarios serán lo mismo los países entre ellos que el espacio, igual los océanos que los mercados financieros.

Los Estados Unidos no serán ya el único poder, pero eso no quiere decir que serán una potencia menor, sino uno entre varios poderes. Y para bien o para mal México, Canadá y la Cuenca del Caribe están en su esfera de influencia.

El que otros países alcancen el nivel de influencia regional no significa que alcancen los estándares de vida de los estadounidenses o los europeos. China como nación será talez una economía mayor que la estadounidense o la europea y Asia como regón tendrá sin duda una fuerza mayor que la de aquellos.

Pero al mismo tiempo deberán hacer crece los niveles de vida de su poblción a los mismos niveles que los de sus competidores. Eso o agitar la bandera del nacionalismo h la expandsión a antiguos territorios o regiones adyacentes y estratégicamente importantes para su seguridad nacional.

Si, el mundo del futuro luce interesante. Pero mucho como el viejo, hace pensar en la maldición china: “ojalá vivas tiempos interesantes…”

QMX/jcf

 

 

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