
Teléfono rojo
Escapar. Abandonar todo
Escapar. Abandonar todo. Desprenderse de recuerdos, personas y vivencias. Huir a otra realidad o a la nada. Acabar.
La tristeza se pega a la piel, se adhiere a los huesos, carcome la carne.
La desazón cubre todo: imaginación y pensamiento. Todas las horas, cada minuto…la esperanza ya no existe. Un ¿para qué? Se prolonga. El sin sentido es lo único que impera. No hay un por qué ni una alegría. Nada que me sostenga en esta vida. Me voy. Desaparezco. Muero… Soy un suicida.
Cada año se suicidan alrededor de un millón de personas. Por cada 20 que lo intentan una de ellas lo consigue finalmente, y con ello se afectan al menos a seis personas cercanas.
¿Por qué se suicidan? Desamor, problemas familiares y económicos, conducen a jóvenes entre 12 y 24 años de edad a quitarse la vida. Actualmente, el suicidio es la tercera causa de muerte en México sólo después de los accidentes de tránsito y homicidios por violencia intrafamiliar.
En el país, la tasa de suicidas aumentó 50 por ciento en los últimos meses y el índice del incremento anual es del 7.69 por ciento en la última década. Esto nos lleva a establecer que existe una relación directa entre los suicidios y el clima de inseguridad. Es decir, entre más violencia, crímenes e impunidad aparecen, es mayor la violencia hacia uno mismo y en casos extremos causar la propia muerte.
¿Por qué se hace añicos el don más grande, la vida? El desamor es la causa principal de no querer permanecer en este plano de realidad. Uno de los factores que lo generan es la inseguridad. El proceso de anidación o regreso al hogar, pierden sentido frente a la violencia del entorno. Así se gesta la violencia intrafamiliar y después se ejerce contra uno mismo. El caso extremo es el suicidio.
Ahora, las estadísticas establecen que los hombres se suicidan cinco veces más que las mujeres. Aunque el suicidio es multifactorial, está relacionado con la depresión, frustración, consumo de drogas o alcohol. Esto es, las adicciones pasan a segundo plano mientras la depresión ocupa el primer lugar.
Esto significa que la desesperanza y falta de oportunidades son factores claves para intentar escapar de la vida. El que sean los adolescentes los que más incurren en salir por la “puerta falsa” denotan una de nuestras fallas como sociedad.
Es posible que nos enfoquemos a inculcar un concepto errado de éxito y realización antes de divulgar la fortuna de la vida. Posiblemente erramos al transmitirles a nuestros jóvenes las expectativas que trazamos para ellos y olvidamos o postergamos indefinidamente un “te amo”. La vida somos todos y a todos nos corresponde preservarla.