![](https://mexico.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/02/ngugi_wa_thiongo-foto-escritores.org_-107x70.jpg)
Juego de ojos
El espejismo de las palabras
Científicos y magos coinciden: nada existe hasta que se nombra. La palabra es el umbral de la realidad. Refleja el pensamiento y percepción de quien las utiliza.
En general, nos atraen los discursos en los que se reflejan nuestras emociones. Esto explica que se imponga la sinrazón en el mundo, que triunfe lo que la lógica no aprueba, que prevalezca el temor sobre lo aceptable, armónico o bueno.
Algunos casos que ejemplifican esto están en el contundente No de Colombia para generar acuerdos de paz. Y quien argumente que se trata de una nación en desarrollo, con muchos rezagos, podríamos decirle que lo mismo ocurrió en la nación hasta hoy más poderosa y rica del mundo. Triunfó el candidato republicano que mantuvo un discurso misógino, racista y xenofóbico. Apeló al miedo de sus electores y hoy es el Presidente de Estados Unidos.
En un mundo donde el consumo se adueña de los valores, un neoliberalismo aplastante, se imponen juegos de temor a los migrantes y minorías. La riqueza material como un bien en vías de extinción que debe negarse a los “intrusos”, muros, vallas y restricciones para que nadie ose pisar nuestro suelo y se lleve nuestros bienes. Nosotros contra “ellos”, los que consideramos diferentes, ajenos…
No es sólo un asunto de migración, de “defender” la intromisión a casa. Es un temor exacerbado a que se derruya todo lo que hemos construido, un sistema de consumo. De gastar, de comprar todo: momentos, bienestar, felicidad, personas…pero en el fondo subyace un sentido de orfandad y lejanía. La gran soledad rodeados de redes sociales y tecnología, las preguntas sin respuestas, el sin sentido de la vida, el segregarnos…el Brexit reflejó esto.
La soledad y el vacío entonces se tratan de evadir con compras, sonidos, metas inmediatas. Se tasa todo en base a valores pecuniarios. Se teme a todos. Se lucha por una anidación que trunca el sentido de globalización: sólo la casa es segura, los otros, ellos, pueden quitarnos nuestras comodidades y estatus quo.
Y con esta mentalidad emergen los mesías nacionalistas, aquellos que te hacen parte del nosotros y luchan contra poderes fácticos llámense trasnacionales, ricos, mexicanos, turcos…no importa. Deben crearse mascaradas de los “otros” para reunir fuerzas y poder en torno nuestro.
Las masas se rinden entonces ante los elegidos por la vida que te proponen combatir lo diferente. Te lanzas a la odisea pero no te sientes solo. El mesías-líder te guía. ¿A dónde? A un lugar improbable donde tratará de quitar tu miedo.
“No estás solo. Lucho por ti”
¿Luchar contra quién o para qué? Eso no importa. En este juego de ganar adeptos y voluntades sólo el pensar está prohibido. La continuidad a los logrado, paz e incluso administración eficiente de la riqueza está vedado. Las emociones principales, como el temor, se acallan con la promesa/locura de estar en el lado de los que cambian el Mundo, aunque eso represente un errado retroceso.
Buscamos palabras que emocionen, que nos lleven a donde sea…ojalá a puerto seguro. Las emociones jalan a la locura, se insuflan en la fantasía de mesías capaces de arroparnos de nuestros temores, seres que privilegiamos para no pensar, no temer, olvidar un mundo vacío, sin raíces, de materialidad y consumo lacerante, un neoliberalismo que nos arrincona en la soledad, exacerbadas redes sociales que nos dejan inconformes y solos…
Buscamos palabras, palabras que muevan, que nos digan que no todo es vacío, que nos creen una épica donde protagonizamos el cambio…por absurdo y loco que sea, por desapegado a la lógica y razón. Todo por no proseguir la elegía de una vida sin sentido… ¿qué palabras tienes tú ahora?