Cincuenta enseñanzas que sólo te da la vida
En ninguna Universidad existe una asignatura que te enseñe lo más valioso de la vida. Eso sólo te lo dan los años. ¿Qué es lo más valioso que has aprendido hasta ahora? Te comparto mi lista.
- La vida es mágica, plena, grandiosa pero también presenta fracturas y sombras. Tú decides cómo mirarla.
- Lo que realmente vale nunca muere, ni se termina, erosiona, pierde o roba.
- Tus papás siempre serán tus papás, así vivan en este plano terreno o en el cielo.
- El amor prevalece aunque se extinga la línea de la vida.
- El camino más corto para arribar a la felicidad es la gratitud.
- La maldad no existe, sólo la inconsciencia.
- Tu grandeza está relacionada con el reconocimiento que le brindas a tus ancestros.
- Si crees en la magia, ella estará en tu vida.
- “Nunca” y “siempre” son palabras que el corazón no entiende.
- Todos actuamos de la mejor manera con el nivel de conocimiento y consciencia que poseemos.
- Dar es el antídoto a la carencia.
- Todos somos hijos de Dios, parte del todo, la verdad, perfección y belleza.
- Caminas por la vereda correcta si te sientes feliz. Modifica la ruta si dudas.
- Tu vida cobra sentido cuando te das cuenta que tu misión es única en esta vida.
- Experimentas la felicidad más plena cuando le enseñas a otros sus alas. Bendito quien es maestro.
- Un día descubres que la imagen en el espejo no eres tú. El reflejo sólo es la cáscara. Tú eres más bello y grande.
- Dejas de idealizar y encuentras belleza aún en el polvo y las piedras.
- Comienzas a amar el silencio. Guarda deliciosas voces y preciosas certezas.
- Disfrutas los momentos de soledad. ¡Es maravilloso estar con uno mismo!
- Sabes que eres un ser lleno de dicha y fortuna. Bendito eres hoy y siempre.
- Aprendes a apreciar todas las manifestaciones de vida animal, mineral y vegetal.
- Te focalizas en la bondad del mundo y sus prodigios.
- Confías en la prosperidad del universo y la vida.
- Descubres que no hay extraños. Todos pueden ser amigos.
- Olvidas las prisas y la angustia. Paladeas suavemente la vida.
- Sabes que enamorarse no es capricho sino una decisión de plenitud.
- Celebras cotidianamente el amor y las horas.
- Tratas de evitar el sufrimiento o dolor en otros seres.
- Comulgas con la belleza.
- Admiras la luna y disfrutas un vaso de agua.
- Sabes reconocer una existencia suprema cuando saboreas una fruta.
- Reconoces el prodigio de la vida cuando te ronronea un gato.
- Te sientes feliz cuando alguien muestra talento.
- Has sentido que tu abuelo puede ser cualquier anciano.
- A veces das abrazos de solidaridad y cariño a cualquiera, no sólo a familiares o amigos.
- Escribes poemas o canciones. Sientes que floreces.
- Sonríes a los ancianos o niños con verdadero deleite.
- Se multiplican las ideas cuando lees un libro.
- Sabes que recordar, repasar en el corazón, te hace feliz.
- Decretas cómo quieres tu día.
- Ya dejó de preocuparte el futuro. Tienes sólo este día.
- Para vivir realmente abandonas los prejuicios.
- Decides regalarle lo mejor de ti a la vida.
- Tienes la certeza de que el cielo vela por ti.
- Descubres que tu sombra también es hermosa.
- Aprendes a abrazar la vida con tus seis sentidos: vista, oído, gusto, tacto, olfato e intuición.
- Los soliloquios son conversaciones preciosas para ti.
- Aprendes que rezar no es repetir palabras sino hablar con Dios.
- Configuras con tus creencias a un Dios lleno de poder y bondad que te ama intensamente.
- Asumes que mereces ser feliz.