
Poder y dinero
Ser padres
Los hombres de tierra -realidad- se volvieron figuras sacras cuando optaron por la paternidad.
Sucumbieron entonces a una entrega infinita hacia unos seres a los que les dieron el soplo de vida. Cesaron los entretenimientos porque descubrieron que el tiempo era finito para entregarles lo mejor a sus hijos. Terminaron el ego y la vanidad. Optaron por el trabajo y ejemplo. Se transformaron en la palabra más rotunda y dulce de la vida: Padre.
La paternidad representó así una etapa de descubrimientos. Conformó una mirada más profunda hacia sí mismo, pero también la percepción de que ya existe alguien que dependerá de su talento y juicio para proseguir un camino aún incierto, para involucrarse en una aventura llamada vida.
Nuestro padre es la línea vertical en la cruz del equilibrio. La noción de merecimiento y cielo, el concepto de realización y éxito, pero también nos lega la percepción de fantasía y espiritualidad. La madre es el alma, el lugar donde residen las ideas y la imaginación. Nuestro padre nos da la noción de Dios, grandeza y triunfo. Madre conceptualiza el merecimiento de todo lo bueno y el amor.
Un padre es un hombre dotado de una magia que jamás termina, que va más allá de la línea de la vida. Sin importar tu edad, tu padre siempre será un gigante inmortal, quien lo sabe todo, quien nunca te falla, tu mayor protección y certidumbre.
Madre es dulzura y refugio. Padre es la vitalidad con la que enfrentarás la vida. Madre es amor incondicional, es alma o cofre de lo que sientes, imaginas y sientes. Es la emoción, la línea horizontal de la cruz, la verdad tridimensional.
Pero si la madre es cimiente de vida, verdad de este mundo, el padre te enseñará a desplegar tus dones para alcanzar lo que deseas. El único límite que te impondrá será el cielo, punto infinito e irrestricto.
Quienes no conocieron a su padre, quienes nunca lo vieron, guardan aún así una imagen idealizada de él, pletórica de heroicidad y virtudes. Quien osa hablar mal de un padre, daña irremediablemente al hijo, resquebraja su voluntad y fuerza. Un padre es una figura sacralizada en sí misma. Nadie debe tocarla.
De manera simultánea, una madre siempre revestirá un halo de perfección y amor inmutable. Cada uno de nosotros somos la esencia de nuestros progenitores y cada instante de vida encontraremos maneras de honrarlos estén o no en este plano de vida, los hallamos conocido o no. Somos su semilla.
Cuando me miro al espejo los veo. Es el rostro de mi mamita. Son los ojos de mi padre. Tengo un retrato de ambos. A veces lo abrazo, aunque sé que están en el cielo. Y hoy, en este mes que inicia y se celebrará al padre, quise felicitar a todos los que un día dieron ejemplo y vida y con ello se convirtieron en seres llenos de poder y magia.
Yo recuerdo ahora y en muchas de mis horas a mi padre. Él vivirá siempre en la música de los violines y en las páginas de los libros. Él está permanentemente en mi corazón, pero también vive en el cielo con mi mamá. Hoy y cada instante de mi vida los venero.
Mientras esto ocurre, no dejo de dar gracias a Dios por esta vida y por haberme permitido elegir a los mejores seres como mis padres. Y felicidades a todos, porque elegimos a los hombres más perfectos, buenos y sabios para ser nuestros progenitores. Dios con nosotros siempre.