
Historias Surrealistas
El sexto sentido
Es corazonada, remembranza, analogía. Es una sustancia no tridimensional pero intensamente “viva”. Es el sexto sentido, el material del que se forman los sueños, la voz de la sabiduría. Es el lenguaje que emplea el subconsciente, pero también el conocimiento de todos los seres en todos los tiempos. Una suerte de registro akáshico, un baúl de las ideas del universo. El “alma” de todos.
Es posible que para ti pase desapercibido tu sexto sentido, pero paradójicamente está latente en ti todo el tiempo, Recurres a él cuando el mundo real te parece poco para acceder a la verdad, cuando hablas de sentimientos o buscar comprender las contradicciones del amor.
Cuando meditas, oras o amas te acercas más a este sexto sentido, te vuelves uno con él. Es la brújula que te enseña los caminos a seguir en tu vida, con la que tomas las decisiones más felices, con lo que te revistes de sabiduría. Pero, paradójicamente, es el sentido ninguneado o ignorado. Al que no tomamos en cuenta cuando intelectualizamos la vida. El que es invisible cuando “pensamos” racionalmente, al que se segrega al fondo más obscuro del hemisferio cerebral izquierdo.
Este rechazo al sexto sentido tiene que ver con la percepción tradicional de valor en las empresas. Se asumió como un paradigma que lo que no se puede medir no existe. Así se trató de cuantificar todo, dejaron a un lado las emociones. Sin embargo, son ellas las que generan los impulsos que hacen crecer las organizaciones, pues determinan desde la aceptación, gusto a la acción de compra.
Ahora, ¿´para qué sirve el sexto sentido en la vida común? Para aprehender todo aquello que rebasa nuestros sentidos tridimensionales y nos acerca a la “verdad”, una dimensión más alta y plena donde residen emociones, pensamientos y sentimientos. Donde procesamos nuestra percepción de la vida, muerte, bondad, indiferencia, maldad, equidad…
Algunas personas son más sensibles a percibir el sexto sentido. Otras lo consideran inasible o inexistente. Para generar más consciencia de este “don” en el día a día es conveniente:
1.Hablar con Dios o un poder superior. Esto nos permite “visualizar” lo no tangible.
Entre muchas de las bondades del sexto sentido está el generar una vida interior más rica, captar los mensajes sutiles del universo y apreciarte más a ti mismo y a las circunstancias de la vida. Dios contigo.