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CIUDAD DE MÉXICO, 27 de octubre de 2018.- Con música, tradición, coloridas ofrendas móviles, carros alegóricos, mojigangas, marionetas y catrinas gigantes que evocan en un kilómetro de longitud las almas de todos los migrantes, se realizó el Desfile Celebración Día de Muertos CDMX 2018 al que asistieron millón y medio de personas entre capitalinos y visitantes nacionales y extranjeros.
El gobierno capitalino añadió que La Vida es un Viaje, por lo que este año, todas las actividades para la celebración del Día de Muertos en la Ciudad de México están dedicadas a aquellas personas migrantes que en su tránsito hacia otras tierras, han perdido la vida o se han quedado para enriquecerla y convertirla en una Ciudad Refugio.
Minutos antes de las 16 horas, rostros distintos, nacionalidades diversas y creencias que nos acercan a lo que somos como cultura en esta ciudad, fueron representados en este desfile que llenó de emoción a su paso las calles de la CDMX en cuatro carros alegóricos, siete arcos, dos dragones, cuatro marionetas de Frida Kahlo, una catrina gigante, 10 balsas, un automóvil clásico, 10 colibríes, 100 voluntarios Catrina Fest y mil 200 voluntarios.
La primera parte del desfile que salió de la Estela de Luz fue La muerte es un viaje, convocada por la Secretaría de Cultura capitalina para abordar en cuatro segmentos una fascinante travesía de la muerte como migración, tránsito y el último viaje.
Le siguió La gran Tenochtitlán para adentrarse a las cavidades de nuestro pasado prehispánico y al origen de los grandes desplazamientos migratorios en el Valle de México.
Arcos, colibríes y la marcha de los primeros hombres y mujeres llegados de Aztlán, escenificaron la mítica migración azteca contenida en la Tira de la Peregrinación o Códice Boturini, mientras que un carro alegórico representó la leyenda de amor de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
El segundo segmento, Los que llegaron para quedarse, remitió a los distintos fenómenos históricos de la migración en nuestro país. Abarcó desde la llegada de exploradores europeos al continente americano, nuestras raíces afrodescendientes y El arribo de la cultura del lejano Oriente, hasta el fascinante viaje que año con año realizan tortugas y ballenas a nuestro territorio.
Mariposas monarcas y ajolotes asomados en trajineras embellecieron el segmento titulado Ciudad refugio, referencia a un México lleno de contrastes: por un lado, una nación que en distintas etapas históricas ha abierto los brazos a ciudadanos de diversas partes del mundo y, por otro, vive uno de los fenómenos más grandes de inmigrantes fuera de su lugar de origen.
La primera porción cerró con Ciudad Diversa, un lienzo multicolor que recuerda y da voz a diversos fenómenos históricos y sociales, así como a la extensa diversidad cultural en la metrópoli. Un eterno y festivo viaje en el que el público pudo sumergirse entre ficciones y realidades, para acercarse a lo que somos como cultura.
En la segunda parte de la caravana organizada por la Secretaría de Turismo Federal, La muerte en la vida, los espectadores celebraron la tradición que le pertenece a México, pero con la proyección de un futuro que involucra a todas las personas y corazones del mundo.
El primer segmento de ésta, retomó el origen del ritual en las culturas prehispánicas que rendían culto a la muerte. El Tzompantli (muro formado por cráneos de las personas que morían en sacrificio humano) y un Xolo gigante con decoraciones futuristas narraron dicho legado heredado, el cual sirvió como base para el desarrollo de la Gran Tenochtitlan y como raíz para establecer en los años venideros la unión con diferentes pueblos y culturas.
Personajes de ediciones anteriores marcharon nuevamente este año para visibilizar cómo la tradición se ha mezclado con la cultura popular y se ha convertido en una tradición que le pertenece a la gente y a las familias mexicanas. En esta ocasión, un gran carro alegórico de Frida Kahlo postrada en su cama le rinde reconocimiento como una de las artistas mexicanas más famosas de todos los tiempos.
La propuesta cerró con la conmemoración y algarabía que se vive en la ciudad en esta fecha. Diferentes culturas urbanas de la CDMX estuvieron reunidas para celebrar lo que nos une, La Vida, La Muerte y México.
Sin importar que lloviera de manera intermitente durante este evento la Estela de Luz, Avenida Paseo de la Reforma, Avenida Juárez, Calle 5 de Mayo y Plaza de la Constitución fueron los lugares donde las personas emocionadas esperaban ver pasar este desfile dividido en dos partes y siete segmentos, que incluyeron además carros alegóricos temáticos de cuatro estados invitados por la Secretaría de Turismo Federal: Aguascalientes, Oaxaca, Michoacán y San Luis Potosí.
Y al comenzar a caer la noche las calaveras monumentales, los colibríes, mariposas, tortugas de colores, música, fiesta, baile y algarabía arribaron al Zócalo capitalino llenándolo de tradición poco a poco desde las calles aledañas repletas de gente que, en familia, esperaban ansiosos vivir este tradicional desfile.