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CIUDAD DE MÉXICO, 26 de septiembre de 2016.- Ataviado de un pulcro blanco, el presidente Juan Manuel Santos abrió una simbólica puerta en la Plaza de Banderas del Centro de Convenciones de Cartagena para poner fin a un conflicto armado de más de medio siglo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y dar la bienvenida a la paz.
Para atestiguar la Ceremonia Protocolaria de la Firma de la Paz hizo su entrada el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon; enseguida el presidente de Cuba, Raúl Castro; el comandante de las FARC, Rodrigo Londoño alias Timochenko; y el ministro de Relaciones Exteriores del Reino de Noruega, Borge Brende.
También hicieron su arribo los Jefes de Estado: Michelle Bachelet, de Chile; Nicolás Maduro, de Venezuela; Rafael Correa, de Ecuador; Salvador Sánchez, de El Salvador; Horacio Cartes, de Paraguay; Enrique Peña Nieto, de México; Jimmy Morales, de Guatemala; Luis Guillermo Solís, de Costa Rica; Pedro Pablo Kuczynski, de Perú, Mauricio Macri, de Argentina.
Juan Carlos Varela, de Panamá; Danilo Medina, de República Dominicana; el Rey Juan Carlos I, de España; Bruno Rodríguez, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba. Así como el equipo negociador del gobierno colombiano y el de las FARC-EP.
Tras entonar el himno nacional de la República de Colombia a cargo de la banda musical de los niños de Baranoa, se pidió un minuto de silencio en memoria de los 220 mil ausentes que perdieron la vida a causa de este conflicto, el más largo del continente, y que provocó casi seis millones de desplazados.
Las Alabadoras de Bojayá, un grupo de mujeres que se vestían de negro para cantarle al dolor de la guerra, ahora realizaron una interpretación musical a la esperanza de la paz para una Plaza de Banderas del Centro de Convenciones de Cartagena vestida de blanco.
El momento más esperado por los colombianos palpitó cuando Rodrigo Londoño, Comandante de las Fuerzas Armadas de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos rubricaron oficial y definitivamente el Acuerdo de Paz usando un balígrafo, peculiar instrumento que representó la superación del uso de las balas en el pasado.
Con un estrecho de manos, Londoño y Santos sellaron el nuevo camino hacia la paz del país.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señaló que estos acuerdos visualizan una paz que garantiza un futuro en el que existe la posibilidad de que todos puedan participar en política.
El diplomático confió en que los colombianos se unan y superen el dolor, al tiempo que afirmó en su intervención que las Naciones Unidas asistirá a la implementación de estos acuerdos y continuará ofreciendo su apoyo a las víctimas.
De igual manera, agradeció la invaluable contribución de Cuba y Noruega como países garantes; también a Chile y Venezuela por su acompañamiento del proceso de paz. Alentó a las partes a seguir comprometidas con el cumplimiento de lo acordado e invitó al resto de la sociedad a sumarse y contribuir a fortalecer la paz.
Con un “¡Viva Colombia en Paz!”, Ban Ki-moon cerró un capítulo de guerra y dolor.