
De frente y de perfil
Marcelo Ebrard entregó la honra de la Ciudad de México al dictador de Azerbaiyán
Por 65 millones de pesos Marcelo Ebrard entregó la honra de la Ciudad de México al dictador de Azerbaiyán, al permitir que una estatua de su padre, el ex dictador Heydar Aliyev, ocupe un sitio privilegiado en el Paseo de la Reforma, a lado de Ganhdi y Churchil, campeones universales de la libertad y la democracia.
Dirá el jefe de gobierno que Judas Iscariote recibió sólo 30 monedas, y él 65 millones.
Calculó mal el gobernante izquierdista al creer que su hazaña pasaría desapercibida a los mexicanos, no nada más a los capitalinos, pues el DF es la capital de todo el país y no sólo el reducto mayor del PRD, y el Paseo de la Reforma es una avenida emblemática de la nación.
Pero también el ex líder del PRD en el Senado, Carlos Navarrete puso de trapeador a esa cámara legislativa y a todo México, al ir a Bakú, su capital –del 11 al 13 de agosto pasado– a agradecer dicho gesto al hijo de Heydar Aliyev, Ilham Heydar Oglu Aliyev, de quien heredó el poder y tiene sometido a su país.
Navarrete (quien, como presidente del Senado, se regaló en 2010 un viaje con toda su familia por Europa del Este, incluida Rusia, para disfrutar el turismo legislativo con todo pagado y a cuerpo de rey) no iba a desaprovechar la oportunidad.
Tampoco la desaprovechó para alabar a quien lo invitó a Bakú y exaltarlo como campeón de “la paz, la democracia y los derechos humanos”, igual que Marcelo dijo del ex dictador azerí, al develar aquí su estatua el 22 de agosto, como parte de la vendimia por 65 melones.
Estos -explica el gobierno del DF- fueron para restaurar dos plazas, la que da asiento al tirano y la de Tlaxcoaque, cual si la honra de nuestra ilustre capital estuviera al mejor postor, como la puso Ebrard, quien -ya trascendió- dejará una deuda de 53 mil millones de pesos, más lo que se acumule.
Ojalá esto no sea preanuncio de que el DF será escenario de otras manifestaciones y subversiones, como las que realizan en Michoacán las hordas que paga el también perredista Leonel Godoy, para no dejar gobernar a su sucesor, el priista Fausto Vallejo, por denunciar la deuda de 45 mil millones que le heredó en sólo 4 años de desgobierno.
Así se las gastan los izquierdistas: echan el gato a retozar, se llenan los bolsillos (con todo y ligas, como Bejarano), dejan erarios estatales temblando y después pagan a hordas desestabilizadoras para chantajear a los gobernadores que osan denunciar sus peculados.
Mientras otros perredistas –como Silvano Aureoles, líder de los diputados- hablan de represión contra los agitadores, con lo que se hizo (si no lo era ya) cómplice de Godoy, a quien pretendió suceder como gobernador, mas perdió la elección.
¿Irá a hacer lo mismo Ebrard con su sucesor Mancera?
Pues no sólo le heredará una deudón, sino está haciendo una recaudación de última hora, con adeudos por impuestos y servicios al gobierno del DF, sin cobrar multas ni recargos durante todo octubre, para dar plena vigencia al AÑO DE HIDALGO.
Recurso que utilizaban los jefes de gobierno al iniciar su gestión, para surtir un poco al arcas vacías que recibían; pero ni ese resquicio le dejó Marcelo a Miguel Ángel Mancera.
¿Que por concesión de Ebrard el DF sirva de pedestal al ex dictador de Azerbaiyán, será un adelanto de lo que ocurriría si Marcelo fuera Presidente?
QMX/sfl