
Teléfono rojo
El senador panista Corral se dolió porque Calderón lo llamó “cobarde”
Y si la carta –que él dice fue privada- no hubiera sido filtrada mañosamente a los medios, tampoco habría merecido el comentario ni alcanzado la notoriedad que se propuso su autor.
El senador panista Corral se dolió porque Calderón lo llamó “cobarde” por no asistir a la reunión y expresarle allí las críticas que últimamente le ha lanzado, pese a que en la misiva asienta “con absoluta franqueza te he dicho lo que pienso, en tu cara”.
¿Por qué ahora fue la excepción?
El mismo aduce que no asistió “para evitar tus exposiciones interminables donde monologas, no dialogas, sobre las maravillas de tu gobierno”.
¿Si dice que otras veces le ha dicho lo que piensa, en su cara, entonces no monologó Felipe?
¿Por qué si dice “nunca te he tenido miedo” no fue y le dijo sus verdades, pero sí lo retó dos veces a que “discutamos lo que te agravia”, aunque el Presidente no deja lugar para ello con sus peroratas?
Afirma que el malestar de Felipe “proviene de que he sido crítico de tu política en telecomunicaciones”, y “si alguien te ha dado la cara he sido yo”.
“Tirar la piedra y esconder la mano, eso sí es cobardía”, sostiene Javier, y es precisamente lo que hizo, pues prefirió no decirle sus verdades a Felipe en su cara, sino que habilidosamente filtró la carta a los medios y cenáculos políticos, sobre todo de la izquierda (que le son muy afines) para reafirmar que él es macho a carta cabal.
Habría sido más elegante que el senador dijera que no quiso discutir frente a frente con Calderón por su mal talante, pues bien sabido es que, como ser humano, éste tiene sus defectos y es de mecha corta.
Pero de eso a orquestarle una andanada de dicterios en los medios, hay mucha diferencia.
Mencionó algo que no puede reprochársele a Felipe: “sigues insultando a tus críticos”, cuando si de algo ha pecado el michoacano es de permitir tal libertad de expresión, que llega al libertinaje y al insulto, sin tomar venganza o represalia alguna.
¿Acaso aquí está el meollo del disgusto de Corral: prefirió no ir a la cena para que Calderón no respondiera a sus críticas, no lo “insultara”, y en cambio él sí lo hace sin darle oportunidad de rebatirlo, porque sabe que el Presidente no se va a poner al tú por tú públicamente con él.
Aquí se asemeja mucho Corral a López Obrador, que reta a debatir a personajes que disienten de él, para tratar de ganar notoriedad a sus costillas.
Y así aconsejó en su carta a Calderón: “deberías cuidar tu investidura”. ¿No es lo que él debería hacer por tratarse de un presidente salido de su partido, y no aprovecharse de él para hacerse publicidad barata?
Corral se ha revelado muy hábil para promoverse en los medios, y ahora dio lección de ello, pues le resultó una campaña publicitaria envidiable con la carta contra el Presidente, que según él no la filtró, pero logró amplísima difusión en medios electrónicos y escritos, portales de internet y redes sociales.
Y eso no es producto de generación espontánea.
Se le pasó decir que le ha pedido a Calderón apoyo para ser legislador plurinominal, porque nunca ha ganado una campaña. Hoy mismo llegó como senador de primera minoría por Chihuahua, pero perdió la elección interna del PAN y quedó en tercer lugar.
Pero arguyó que a los dos primeros los ayudó el gobernador priísta César Duarte y tuvo el apoyo de su paisano Gustavo Madero, jefe nacional panista.
Tampoco referirá que cuando fue candidato a gobernador quedó con deudas mayúsculas con los medios, que no pudo pagar con dinero del gobierno que perdió, y Televisa no se la perdonó. ¿Vendrá de ahí su tirria contra esa emisora, de la que presumía ser amigo?
Sin duda que este ataque artero a Calderón se dio porque el PAN perdió la elección presidencial y Felipe va de salida, pues Corral no es borracho ni come lumbre.
Que el lector juzgue quien es el “cobarde”.
Viene muy al dedillo aquello de a la victoria le sobran padres y la derrota es huérfana.
Posdata.-
*El presidente electo Enrique Peña Nieto declinó la invitación a asistir a las fiestas patrias en Palacio Nacional, y las pasará en familia.
Así hasta evitó una posible cargada de entre los invitados, porque de que los hay los hay.
*Le resultó la maniobra a Ebrard: convino con el SME que invadiera la plancha del Zócalo; su secretario de gobierno hizo como que quería desalojarlo por la cercanía de las fiestas patrias; pero mejor mandó a Martín Esparza a negociar en Gobernación para que recibiera su pago.
Marcelo no olvida cuando, por órdenes de Manuel Camacho, regente del DF, traían al Peje con sus agitadores de Tabasco en vísperas de fiestas cívicas, y los desalojaban del Zócalo a costillas de dependencias federales.
El propio Camacho Solís declaró un día desde al tribuna de la Cámara de Diputados, que le había entregado a Andrés Manuel 9 mil millones (de aquéllos con tres ceros más) con cargo a Pemex, para que abandonara la Plaza de la Constitución un día antes del 20 de noviembre.
Desde entonces ya existía la honestidad valiente.
QMex/sfl