Libros de ayer y hoy
Ese error craso no tiene por qué pagarlo el estado de Hidalgo, como lo hace desde hace tiempo, al recibir esas descargas de la capital del país, indicó el Ejecutivo saliente.
En reciente viaje a Estados Unidos Calderón instó a su sucesor a no frenar el ataque al crimen organizado, y demandó a la ONU debatir sobre la despenalización de las drogas, a la que se había opuesto, y hoy se tomó como enmienda de su postura original, que tantas muertes ha costado al país.
“Mea culpa o no”, el hecho es que muchos minimizan ya los actos y dichos del Ejecutivo saliente; lo vapulean detractores, aunque no tan encarnizadamente, ya que durante todo el sexenio ése ha sido su divertimento; sin que él se altere al menos públicamente, sino mostró respeto absoluto a la libertad de expresión, que nadie puede regatearle sinceramente y tiempo hacía que no se daba en nuestro medio.
Esto, como la estabilidad económica que nos libró de crisis y devaluaciones cíclicas de otras décadas; el manejo de la macroeconómico, construcción de infraestructura, ampliación de la cobertura de la salud con el seguro popular y el ataque a la pobreza mediante programas sociales, son méritos que no pueden regateársele.
Hasta los izquierdistas vociferantes, que lo persiguieron por todo el país y llenaron de insultos porque el 2006 derrotó a Andrés Manuel, le retiraron la mira para enfilarla a Peña Nieto; sin que eso signifique que aquél es santo de su devoción.
Pero dentro del propio PAN empiezan a surgirle críticos, como el senador Javier Corral, quien desde tiempo ha lo tiene en la mira, y recientemente filtró a los medios una carta (dizque privada) en respuesta a que a Felipe le extrañó que no asistiera al convivio que ofreció a los senadores panistas, en Los Pinos, porque ahí habrían podido dirimir diferencias, y se filtró que lo tildó de cobarde.
Eso dio pie a Corral para ensañarse contra él, lo llamó intransigente y enojón y lo retó, dos veces en la misiva, a confrontarse públicamente, sin un mínimo de respeto a su investidura, ni por tratarse de un presidente surgido de su propio partido.
Enseguida vino el reparto de las comisiones en el Senado y como Corral no logró la anhelada presidencia de la Comisión de Comunicaciones; antes de que el pleno del Senado aprobara el dictamen respectivo ya acordado por las fracciones parlamentarias, el chihuahuense subió a la tribuna para dolerse porque ni siquiera resultó miembro de dicha comisión.
A nadie despistó que no respiraba por la herida, según dijo, al argumentar que, de acuerdo a las normas, deben integrar las comisiones los más preparados sobre sus temas respectivos, y él fue secretario de dicha comisión la vez anterior que fue senador; por lo que -sin decirlo- insinuó que ahora le correspondía presidirla.
Una forma de protestar -como diría mi fallecido amigo Gustavo Mora– sin querer queriendo, porque supone que desde Los Pinos se opusieron a que le entregaran dicha canongía, y quizá no se equivocó.
En cuanto al período de transición presidencial, en México es de 5 meses, demasiado largo, mientras, por ejemplo, en Estados Unidos es de dos y en Francia de sólo dos semanas entre la elección y la toma del poder por el nuevo gobernante federal.
Por eso se ha insistido en que es preciso recortar dicho lapso, y la fracción priísta de los diputados presentó ya una iniciativa para reducirlo a tres meses; o sea, que como la elección es el primer domingo de julio, el nuevo presidente proteste el 1 de octubre.
Además de evitar riesgos de inestabilidad política en un interregno tan prolongado, se daría tiempo a que el nuevo mandatario presentara con tiempo el nuevo presupuesto federal al Congreso y lo pudiera negociar con éste sin premuras.
Por otro lado, como que en cinco meses casi casi se presenta un vacío de poder, pues el presidente saliente ya no puede o debe tomar decisiones importantes que trasciendan su sexenio, y el entrante aún no puede asumirlas, pues todavía no es su turno.
Dicha iniciativa de reforma constitucional que presentó el diputado Manuel Añorve Baños, del equipo de Manlio Fabio Beltrones, coordinador parlamentario del PRI, podría tomarse como propuesta del equipo del presidente electo Peña Nieto, y ojalá sea aprobada, si no en sus términos exactos, sí en su intención, para reducir el largo período de transición presidencial.
QMX/sfl