Abanico
Los diplomáticos mexicanos volaron a todo el mundo a prestigiar más a nuestro país con el mensaje del nuevo gobierno de Peña Nieto, quien les reconoció su contribución a la paz, la cooperación internacional y las mejores causas de la humanidad.
Sus vacaciones de fin de año y la XXIV Reunión de Embajadores y Cónsules les sirvieron para palpar in situ la nueva dinámica del país, que dejó atrás el monotema del narco y la inseguridad y entró a la etapa de reformas legales para dar resultados a los mexicanos, sobre todo a los menos favorecidos
Los conocedores estiman que nuestro cuerpo diplomático tiene gente muy valiosa, experimentada y prestigiada para dar a conocer a México en todas las latitudes, aun las más lejanas, donde quizá es más difícil su tarea.
A ellos, cuya misión es mostrar nuestro mejor perfil, hoy se les facilitará difundirlo y promover el comercio, las inversiones y el liderazgo en los principales foros mundiales.
Los diplomáticos hallaron a nuevos funcionarios federales con experiencia, oficio político y expectativas positivas, lejos de polarización y confrontación entre sectores y partidos, que reconocen el liderazgo de Peña Nieto, quien empieza a cumplir sus ofertas de campaña.
Palparon el propósito reformista de la administración que pretende romper atavismos y tabúes paralizantes, que ahondaron desigualdades y prohijaron miríadas de pobres y 13 millones de miserables.
No olvidar que no siempre es posible el consenso para aprobar leyes, y que la mayoría –clave de la democracia– sirve también para cuajar reformas
Quedó atrás un congreso legislativo ineficaz, inmerso en politiquerías y en bloquear acuerdos, para sacar adelante las leyes que tanto requiere el país, fin del Pacto por México con que inició este gobierno, mediante convenios con los principales partidos opositores pese a que sufren conflictos internos
Con economía, finanzas y exportaciones fuertes, requerimos infraestructura y productividad mejores para generar más empleos y satisfactores
Se informó a los diplomáticos de los pasos dados en el pacto, cuyo consejo técnico definirá la agenda de las reformas y responderá de su culminación.
El Presidente celebró la integración del consejo y felicitó a los partidos que lo forman y apuestan al diálogo y entendimiento para sacar adelante al país más allá de intrigas y pugnas intestinas.
Si el pacto prospera, México superará rezagos, abrirá más perspectivas para todos y su diplomacia se desplegará con más vigor y entusiasmo, pues sus actores tendrán mejores cartas que mostrar del país ante gobiernos y gente de todas las razas, idiomas, creencias y costumbres.
Por lo pronto, embajadores y cónsules se llevaron el bagaje de las reformas laboral, educativa, estructural del gobierno y contra la corrupción, avances del primer mes de Peña Nieto, quien los saludó como “la voz de la nación en el exterior, (que) tienen en sus manos la elevada responsabilidad de prestigiar el nombre de México en el mundo”.
Reconoció su honrosa tarea, que a veces cumplen con fondos exiguos, y ordenó a Hacienda proveerlos mejor, al despedirlos y clausurar su reunión durante una comida en el salón Tesorería del Palacio Nacional.
En el grupo selecto de mexicanos estuvo Eduardo Medina Mora, embajador en la Gran Bretaña, cuyo traslado a Washington ya aprobó el Congreso y recibió el beneplácito de la Casa Blanca.
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