Visión Financiera
Desnarcotizar el esfuerzo oficial y orientarlo a la interlocución y acuerdos con las fuerzas políticas es el plus distintivo del gobierno de Peña Nieto, quien cobró su primera quincena con el descuento del 5 por ciento, ordenado por él.
Su protesta de ley fue distinta a la de Calderón: Se realizó con la solemnidad debida y sin jaloneos, si acaso con pancartas, con que los izquierdistas se empeñaron en enseñar el cobre ante las misiones extranjeras.
El aire de renovación que se respira en todo inicio de sexenio lo reforzaron los 13 ejes y 5 divisas que Peña Nieto delineó en su discurso inaugural en Palacio Nacional y tuvo de colofón la firma del Pacto por México al día siguiente.
Esa lista de propósitos positivos y asequibles, signada por las tres fuerzas políticas mayores, ya dio frutos en la discusión y aprobación de importantes leyes, que marcan récord en un arranque sexenal.
Las cámaras del Congreso aceleraron su trabajo; las iniciativas de Peña les son superpreferentes y dieron al traste con el estreñimiento de falta de reformas legales trascendentes a que nos acostumbraron los gobiernos anteriores.
Se rompió el tabú.
La negociación entre partidos abrió nuevas perspectivas a la vida nacional, sin ocultar las diferencias de criterio, pero se allanan intereses parciales en orden al interés superior del país.
Signo que brilló por su ausencia al menos en los tres últimos gobiernos y hoy dirigen expertos, que abren nuevas perspectivas con destreza y ya arrojan buenos resultados.
Ya se aprobaron la reforma laboral, la Ley de Contabilidad Gubernamental, la Orgánica de la Administración Pública Federal y la de Ingresos para 2013, y están muy avanzados la Educativa y el Presupuesto de Egresos para 2013.
Pasos firmes en este arranque de sexenio, que responden a la exigencia ciudadana de que el Congreso cumpla con su cometido.
Para 2013 se esperan reformas clave –como la hacendaria (con IVA generalizado y finiquitar los tratamientos fiscales especiales) y la energética, ambas detestadas por la izquierda pejista– que probarán a PAN y PRD como factores del Pacto por México.
El empeño negociador se vio también en el encuentro del presidente Peña con Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno del DF.
Acordaron diálogo directo para impulsar programas nacionales y capitalinos y el Escudo Centro, que coordinará los esfuerzos de los gobernadores de los estados del área.
Otro distintivo de su gestión es que Peña Nieto despachará con frecuencia en Palacio Nacional, la sede del Poder ejecutivo Federal, que sus cuatro antecesores inmediatos casi olvidaron.
Muy buen inicio para un México preñado de esperanzas.
QMX/sfl