ACENTO: Se pulveriza la izquierda

22 de octubre de 2012
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Salvador Flores

Más allá de sus tradicionales pleitos entre las tribus, la izquierda se escinde cada día más por la salida del PRD de López Obrador para formar su propio partido; la de los hermanos Círigo (Víctor Hugo y René Arce) con igual fin y porque diversos grupos le dan la espalda a Ebrard, que dejará un terreno demasiado minado al apartidista Miguel Ángel Mancera en el DF.

Muchos perredistas rechazan la Nueva Izquierda de los Chuchos (Ortega y Zambrano) por reservar la mayoría de cargos políticos a familiares y cuates y por sus pelitos por controlar el partido con René Bejarano y Lola Padierna (Izquierda Democrática Nacional).

Hay indicios de que peligra el apoyo que desde tiempo brinda a los Chuchos la Alianza Nacional, del ex senador Héctor Bautista, también por pleitos por los huesos.

Así mengua el impacto de la conquista de las gubernaturas de Morelos por Graco Ramírez (de los Chuchos) y de Tabasco por Arturo Núñez, cercano a su paisano López Obrador. Ambos reconocen a Peña Nieto y se disponen a entenderse con él.

En eso coinciden con Miguel Ángel Mancera y Ángel Heladio Aguirre, jefe de gobierno electo del DF y mandatario de Guerrero. Este ex priísta llegó por segunda vez al cargo cobijado por el PRD y más en concreto por Ebrard.

Dentro del propio partido con que Andrés Manuel buscará por tercera vez la Presidencia de la República, hay disgusto porque el Peje está colocando en las directivas estatales a sus hijos, hermanos y gente cercana, en una muestra más de su talante antidemocrático y de que es falaz su cantaleta contra el nepotismo y el influyentismo.

En las asambleas estatales, que Amlo realiza a todo vapor para llenar los requisitos que exige el IFE para registrar el  Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) como partido, acomodó a sus hermanos José Ramiro y Pío, a parientes políticos y gente de sus compinches: en Zacatecas nombró jefe estatal a Luis Medina, pupilo de Ricardo Monreal.

Por otro lado, molestó a Marcelo que en la Asamblea Legislativa del DF no presidieran comisiones sus pupilos Vidal Llerenas y Adrián Michel, su ex secretario particular, y que la Comisión de Hacienda fuera para el PAN; así el gobierno citadino no manejará el erario a su antojo y dependerá del azul  para poder aumentar impuestos y tarifas.

Ebrard reclamó eso a Manuel Granados, ex secretario particular de Macera y líder de la ALDF; éste explicó que cedió esa comisión estratégica al PAN por fuertes presiones.

Marcelo  no pudo culpar a su futuro sucesor, pues Mancera estaba en China cuando el reparto de las comisiones. René Bejarano simplemente apuntó a Granados.

En la Cámara de Diputados le fue peor a Ebrard: ni siquiera tomaron en cuenta a su ex secretario de gobierno José Ávila.

Menos mal que Mario Delgado, su ex secretario de Finanzas y de Educación y delfín inicial para sucederlo, obtuvo la Comisión del Distrito Federal del Senado, que peleaban Mariana Gómez del Campo y Alejandra Barrales, del PAN y PRD.

Ebrard no podrá apoyar en la ALDF su aspiración presidencial ni poner trampas a su sucesor (según quiera portarse con él). Empero, éste contará con Granados, mas deberá negociar con los Chuchos y Bejarano para integrar su gabinete y que no le hagan la vida de cuadritos, así diga que escogerá a la mejor gente.

El ex senador guanajuatense Carlos Navarrete y Antonio Padierna, cuñado de Bejarano, son algunas cartas de éste y los Chuchos para el equipo del doctor Mancera, a quien todas las tribus le reclaman parte del botín.

Falta por ver las discrepancias que surjan entre Amlo y Marcelo, al iniciar éste en enero, como lo anunció, su campaña por la Presidencia, pues ambos tratarán de ganar la mayoría de adeptos de la izquierda.

Habrá muchos reacomodos, y los partiditos satélites del Peje, Movimiento Ciudadano y PT tendrán que decidir si continúan con él, que es lo más seguro, pues les garantiza seguir mamando de su popularidad, y sus líderes Dante Delgado y Alberto Anaya recogiendo los subsidios y los cargos de elección que él les ceda, sin  tener que despeinarse.

Habrá que estar pendientes de si López Obrador envía sus hordas a tomar tribunas del Congreso al discutirse las reformas que anuncia Peña Nieto, e impedir la protesta de éste como Presidente el 1 de diciembre, pues los Chuchos anunciaron ya que el PRD no apoyará tales desplantes de tozudez e intransigencia.

Ya vimos que la algarada de los pejistas en el debate de la reforma laboral iba a costarle la coordinación de la fracción de los diputados del PRD a Silvano Aureoles, a quien apoyan Foro Sol, de Amalia García, y los Chuchos.

La escindida izquierda mexicana enfrenta aún más incógnitas preocupantes.

QMX/sfl

 

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