Teléfono Roja/José Ureña
Hugo Chávez no protestó como presidente de Venezuela de nuevo, tras ser reelegido, como ordena la constitución de su país, porque le practicaron en La Habana otra intervención quirúrgica, y –se dice- falleció dos días después
Cierto o no, ni en fotografía se le ha visto ni oído ningún mensaje suyo; sólo el vicepresidente Nicolás Maduro, su sustituto, hace anuncios en su nombre
Como el nombramiento del canciller Elías Jaua, y Maduro dijo que su jefe “está superando la cuesta” y giró instrucciones a su equipo de trabajo.
Jaua, añejo aliado de Chávez, fue vicepresidente hasta octubre, cuando lo mandó a competir en una elección regional, que perdió ante Henrique Capriles, y Maduro lo sustituyó.
Según la constitución, al no presentarse Chávez el 10 de enero a protestar de presidente, debió hacerlo el de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello y convocar en un mes a nuevas elecciones presidenciales. Pero el Supremo Tribunal de Justicia falló que no hacía falta, y Chávez podrá hacerlo después
Capriles, que compitió con Chávez en la última elección, logró 44% de votos (la cifra más alta de un opositor) lo tomó como burla y anunció protestas. Maduro dijo que hará una concentración magna de respaldo al presidente enfermo el día 23, y no permitirán que la oposición rompa la lucha de Hugo.
En el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas de La Habana (CIMEQ), la joya del sistema cubano de salud, operaron a Chávez el 11 de diciembre, le detectaron células malignas, sufrió grave infección por una septicemia severa y –se dice– pereció dos días después.
Por el hermetismo que priva, hasta otro día informaron de su muerte a sus familiares más cercanos, encabezados por su hija Gabriela.
Cristina Fernández, presidenta de Argentina, fue a La Habana a verlo; no se le permitió, al iniciar una gira oficial por Europa, en avión de línea; no en el suyo porque pueden embargárselo, por sus deudas impagadas, para las que teme ya no tener el apoyo de Chávez, como lo recibió en otros casos.
Cuando la primera elección de Cristina, la CIA detuvo en el aeropuerto de Miami a un enviado de Chávez que viajaba a Buenos Aires con medio millón de dólares para la campaña de ella.
Igual están los presidentes de Ecuador, Bolivia y Nicaragua, a quienes ayuda con petróleo o efectivo, y no se diga Fidel y Raúl Castro, que quizá reciban de él más petróleo y dinero que los que les brindó la URSS.
Por eso está desfalcada Venezuela, y los Castro intervienen en su sucesión.
Aun Colombia saldría afectada con su muerte, por su gran ascendiente con los líderes de las FARC, pues de faltar Chávez, podría fracasar el proceso de pacificación que llevan con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
Sería una pérdida de consecuencias geopolíticas en el continente y en el oriente, por sus nexos económico-políticos con China, Rusia, Libia e Irán.
El mundo pregunta si aún vive Hugo Chávez, pues desde el 12 de diciembre no se le ve en Tv o fotografías, y personal del CIMEQ donde lo operaron, dice que murió el 14 de diciembre; pero no se da la noticia para dar tiempo a que se consolide Maduro como sucesor.
Cuando el 5 de marzo de 1953 el Kremlin anunció su muerte, José Stalin tenía días de muerto; tardaron la noticia para dar tiempo a que el Soviet Supremo resolviera que Georgui Malenkov lo sucedería.
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