Ráfaga/Jorge Herrera Valenzuela
No es ninguna novedad en nuestro México que los gobernantes tienen manga ancha para repartir concesiones de todo tipo, incluso en el espacio radioeléctrico más allá de la legalidad, y que a los apapachados se les exhibe cuando estos originan una molestia o incomodidad hacia las “casas de gobierno”. Los apretones de manos o choque de copas por lo alto para celebrar éxitos conjuntos, se terminan cuando el aludido antes magnánimo, se siente afectado y exhibe “el as bajo la manga” con el que ambos sabían que al referirse con la palabra “amigo”, este siempre conllevaba niveles y prebendas de por medio.
Queda claro que para ambos intereses, los de la Presidencia y de MVS, en su momento se usó a Carmen Aristegui como moneda de cambio, pero la respuesta ante los medios de la periodista de forma inmediata, neutralizó entonces el asunto.
Hoy Calderón va de salida y a Enrique Peña Nieto tampoco le ha ido muy bien en comentarios positivos o neutrales de Aristegui respecto a cómo, en su caso, habrá ganado el ocupar la silla más grande de este país.
Así las cosas de dispares. Aunque Joaquín Vargas tiene intereses económicos muy poderosos, por el momento no sólo se enfrenta a Calderón y sus huestes, sino también al muy posible ganador de la contienda presidencial luego del fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Y es que el poder en el trono es imposible de hacerlo a un lado, porque aunque Alejandra de la Sota se planteó en su contestación de ayer a las acusaciones de Joaquín Vargas ¿si cualquier ciudadano no está en su derecho a exigir pruebas de quien le acusaba? en razón de que Aristegui emplazó a la Presidencia a manifestarse sobre el alcoholismo o no de su jefe, el asunto es que Calderón no es “cualquier ciudadano”.
Acta Divina…El 12 de agosto, el Presidente Felipe Calderón frente a los consejeros panistas manifestó: “Muy pronto volveré a ser lo que he sido siempre para ustedes, Felipe a secas…”
QMex/cr