Libros de ayer y hoy
La crisis en mis bolsillos, ni siquiera me deja ya oportunidad de plantear una crisis financiera pues el ahorro y la inversión por lo pronto están fuera de mi alcance.
A lo largo de estos seis años, me consideré muchas veces afortunada; pues no fueron pocos los entornos familiares de varios conocidos que fueron trastocados en el ámbito económico y a la baja con lo que tuvieron que modificar de manera considerable su nivel y forma de vida.
En primer lugar, fui testigo de cómo a pesar de que se nos decía que nuestra economía sólo sufría “catarritos” o se comportaba como una nave estable y bien cimentada en medio de “fuertes oleajes”, muchos compañeros de mis hijos que sólo cursaban el pre escolar, tuvieron que migrar a otras escuelas. Cuándo me enteraba del por qué; las razones siempre versaron en cierres de negocios familiares, pérdidas de plazas laborales e incluso, la participación económica de la esposa y madre, cuando nunca antes había trabajado.
De la pérdida del poder adquisitivo no tengo más que referir mi propia experiencia. Tan sólo como ejemplo cotidiano, anoto que los víveres que en el 2006 compraba con mil o mil doscientos pesos, no son ni la mitad de productos que ahora adquiero con la misma cantidad.
Respecto a qué tan segura me siento en relación al inicio de sexenio, es lamentable decir que lo que más me preocupa es transitar de noche y a cualquier hora por carreteras y autopistas del país. Y en ese tenor, mi sospecha de que la Policía actúe fuera de la ley para conmigo o mi familia, ha aumentado definitivamente.
El tema de la corrupción en el ámbito gubernamental no creo se haya disminuido como tanto prometió en el discurso el panista Felipe Calderón y para lo cual se llenaba la boca al afirmar que los del Partido Acción Nacional (PAN), eran distintos a los priistas quienes gobernaron al país por casi 70 años.
En asuntos de democracia electoral las cosas no mejoraron pese a que Calderón a quien tanto le costó legitimarse al no empujar el voto por voto que pedían sus adversarios de izquierda en el 2006, mucho le hubiera valido apoyar acciones que de verdad den a los ciudadanos certidumbre y certeza de que cada jornada electoral –en su antes y después–, sea limpia.
Respecto a la cuestión de género, las cosas siguen igual y en algunos casos empeoraron. Creo que el botón que abre el espectro de esta rosa, es el hecho de que el no hablar de “las muertas de Juárez”, no significa que la situación de las mujeres sea mejor, porque el silencio ni da pistas, ni castiga criminales, ni mejora el entorno. Lo empeora por cierto.
Yo entrego así, mi calificación reprobatoria a la administración calderonista, por aquello de que alguien quiere hacer alguna rectificación.
Acta Divina…En julio de este año, el presidente Felipe Calderón señaló: “Le dije a los mexicanos que centraríamos nuestro esfuerzo en el empleo, que sería presidente del empleo, y efectivamente, ya con estos datos, este es el segundo periodo más alto de generación de empleo formal en México en la historia que se tenga registro, y si no hubiese sido por la crisis de 2009, por mucho sería el mayor periodo de generación de empleo en la historia del país”.
QMex/cr