Jubileo 2025: Llevar esperanza a donde se ha perdido
Próximo a cumplir 41 años el próximo 16 de abril, Jorge Emilio González Martínez no ha logrado madurar sus reflexiones en la lógica y no en sus sentimientos, incluso pese a que de nueva cuenta y desde el año 1997 no ha dejado de ocupar una curul en cualquiera de las Cámaras legislativas de la nación.
El ahora senador de la República por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), volvió a dar la nota. Pero como ya es costumbre en él, no por su actividad legislativa, sino por sus actos y declaraciones.
González Martínez, pese a que se ha colocado como un elemento de las élites de la política mexicana a través de un partido que tomó como bandera un nombre relacionado con el llamado “medio ambiente” y su recuperación, poco es lo que ha hecho en pro del mismo y por el contrario, Jorge Emilio tiene la mala reputación de legislar en pro de cambios de uso del suelo para afectar regiones de flora y fauna protegidas.
Al senador González Martínez, sus propios correligionarios lo identifican como parte de la dirigencia del partido verde, pero a quien no le gusta hacer proselitismo, sino vivir “en la fiesta”, como aquella en la que falleció la joven Galina Chankova Chaneva al caer del piso 19 de un edificio en Cancún, Quintana Roo en donde el senador en cuestión posee una propiedad.
Me da la impresión que a Jorge Emilio en realidad no le gusta la vida legislativa, ni la política; son como un lastre para él antes que para la sociedad. Aunque también apuesto, que la exposición ante cámaras y micrófonos como parte de sus cargos políticos, sí le gustan las más de las veces.
Dicen que González Martínez es el mal llamado “niño verde”, por su edad y actitudes, más pese a que por sus años cumplidos de vida es un adulto, sigue siendo un niñito en sus responsabilidades y si me apuran, diría que hasta en sus aptitudes, pues es de los que ve la película que más le gusta, más de 50 veces para entenderle, como él mismo lo ha dicho.
Al escucharlo decir porque se amparó luego de que fue a remitido al llamado “Torito” una vez que fue detenido por sus niveles de alcohol en la sangre aceptados por él mismo, sin que hubiera dejado ser sometido a la medición y que sintió frío, sed y cansancio ya en las instalaciones a donde fue remitido, recordé en su infancia a la ahora muy responsable Ayerim Rodríguez –mi sobrina–, quien con apenas tres años de edad, jaló la falda de su madre y le espetó de forma más que dulce: “sueño, hambre y frío”.
Es cierto que Jorge Emilio como muchos de nosotros puede equivocarse en su actuación, pero los desatinos del senador son más que equívocos, son ofensas.
Acta Divina… El senador y coordinador del PVEM en la Cámara Alta, Jorge Emilio González Martínez manifestó sentirse arrepentido por manejar después de haber ingerido bebidas alcohólicas y así lo señaló: “Sí estoy arrepentido de haber manejado; a cualquier ciudadano le puede pasar. A raíz de esto, he conocido a mucha gente que le ha pasado, y todos, igual que yo, coincidimos en que no lo vuelves a hacer”.
Para advertir… En otros países como Alemania o Francia, Jorge Emilio González Martínez ya estaría entregando la curul a su suplente y por supuesto, también su licencia de manejo. Pero estamos en Mèxico y el senador puede seguir llenando su expediente negro sin que nada pase.
QMX/fr