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PARÍS, 8 de febrero (Quadratín México).- Miles de personas salieron a las principales calles de la capital de Túnez para participar en la procesión fúnebre y el funeral del líder de la oposición asesinado el miércoles, crimen que sumió al país africano en una crisis política y de violencia.
Unos miles de dolientes se reunieron frente a un edificio público en el suburbio de Djebel Jelloud, al sur de Túnez, donde el ataúd de Chokri Belaid, líder de la formación opositora tunecina Partido Patriótico Democrático, yacía cubierto de flores.
La capital se encuentra paralizada en medio de una huelga general convocada por el mayor sindicato del país del norte de Africa en protesta por el asesinato de Belaid, que según la oposición y la familia del líder político fue orquestado por el partido gobernante, Ennahda.
En el marco de la huelga general, el aeropuerto permanece abierto, pero la mayoría de los vuelos internacionales se ven afectados, el transporte público trabaja al mínimo, la mayoría de las tiendas permanecieron cerradas, mientras los partidarios de Belaid se congregaban en el centro de Túnez.
Una gran fuerza militar fue desplegada para evitar enfrentamientos, luego que en los últimos dos días se han registrado escenas de violencia, a dos años de la revuelta popular que derrocó al dictador Zine El Abidine Ben Ali.
“¡Túnez es libre; fuera el terrorismo!”; “¡El pueblo quiere que caiga el régimen!”; “¡Ennahda ha traicionado al país!”; ”Con nuestra sangre y nuestras almas vamos a sacrificarnos por los mártires”, gritaban los dolientes, que coreaban consignas acusando al gobierno del partido islamista Ennahda del asesinato.
Miles de personas también se reunieron en las afueras del Ministerio del Interior de Túnez, instando al gobierno a dimitir y pidieron una nueva revolución.
La policía y el ejército han sido puestos en estado de máxima alerta para evitar cualquier brote de violencia y para “hacer frente a cualquier aparición de alborotadores”, señaló el vocero presidencial, Adnan Mancer.
La huelga, la primera en 35 años, se produce luego que el partido islamista Ennahda rechazó la propuesta del primer ministro Hamadi Jebali de disolver el gobierno e instalar un gabinete de tecnócratas, apolíticos, en un intento por restaurar la calma tras asesinato de Belaid.
Más tarde, unas 40 mil personas, según el Ministerio del Interior, y cientos de miles, según la agencia de prensa oficial TAP, asistieron al funeral de Belaid en el cementerio de El Jallez.
En la tradición islámica sólo los hombres asisten a la inhumación, pero las tunecinas laicas no respetaron ese rito y entre la muchedumbre había muchas mujeres, entre ellas Besma Jalfaui, viuda del político asesinado, quien se dirigió a los asistentes mostrando la V de la victoria.
Una de las dos hijas de Belaid lloraba desconsolada y acabó desmayándose. Ella y su hermana recorrieron el trayecto desde la casa natal de su padre, en un suburbio de la capital, hasta el cementerio a bordo del vehículo militar que trasladó el féretro. Con ellas viajó también Maya Jaribe, secretaria general del Partido Demócrata Progresista, quien abrazaba a las niñas.
El Ejército estuvo presente durante toda la ceremonia protegiendo a la multitud con sus soldados desplegados y helicópteros sobrevolando el cementerio. La familia rechazó que miembros del Gobierno acudiesen al entierro, pero sí acogió al jefe de Estado Mayor de los Ejércitos, el general Rachid Ammar.
Rodeado de políticos laicos y de conocidos intelectuales y artistas, el histórico dirigente comunista Hamma Hammami fue el encargado de pronunciar el elogio fúnebre. “Tu sangre derramada no ha sido un sacrificio vano; no te traicionaremos; no vamos a retroceder”, afirmó en medio de los aplausos y de llanto. Después la muchedumbre entonó el himno nacional.
En Bizerta, Gafsa, Mahdia, Susa, Sfax, Kef, Mahdia, Monastir, Nabeul, Sidi Buzid, etcétera, se celebraron, al mismo tiempo que el sepelio de Túnez, manifestaciones en las que se gritaba, como hace dos años contra el dictador Zine el Abidine Ben Ali, Dégage! (¡Lárgate!) y se exhibían retratos de Belaid.
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