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CIUDAD DE MÉXICO, 26 de diciembre de 2016.- Padres de los 43 normalistas desaparecidos acusaron maltrato por parte de las autoridades eclesiásticas durante su visita a la Basílica de Guadalupe, con motivo de los 27 meses de los hechos ocurridos en Iguala, Guerrero.
De acuerdo con el representante legal de los papás, Vidulfo Rosales, se les prohibió entrar al templo principal y fueron llevados a una capilla, para que escucharan la homilía del arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias y del obispo de Saltillo, Raúl Vera, quien han expresado su apoyo al movimiento normalista.
Con molestia, el abogado aseguró que después de este trato salen con la dignidad en alto y con la cabeza arriba, ya que les demostró, aseguró, que su lucha aún tiene mucho por ofrecer.
“Nos vamos con la dignidad muy en alto, sólo queríamos que la comunidad eclesiástica se comprometa con la vida, ¿es mucho pedir eso? ¿Para qué nos cierran la puerta?, es vergonzoso que hoy en día se haya celebrado una misa y que a lado del altar hayamos tenido policías federales, a lado, ni en Gobernación nos tratan así, así ha sido el trato de las autoridades religiosas, nos han aventado la puerta en el rostro, pero ya sabemos quiénes son ellos.
“Damos las gracias a la gente por haber estado a nuestro lado, reconocemos a quienes nos han dado ese apoyo y es una etapa que va seguir con la presentación con vida de los compañeros y lograr la justicia, lamentable es la actitud de aquellos que dicen que están a favor de la vida cuando ni siquiera pueden dejarnos escuchar una misa”, acusó Rosales en entrevista al concluir la reunión con Garfias y Vera.
Previo a la entrada de los padres y normalistas al recinto Mariano, elementos de Seguridad y de la Policía Federal (PF) les prohibió el ingreso, lo que originó un momento de tensión que obligó a los obispos a salir al atrio para calmar la situación.
Don Mario González, padre de uno de los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos, lamentó y criticó la actitud de los responsables de la Basílica por no dejarles rezar y pedir por sus hijos.
Incluso, acusó de discriminación, ya que fueron separados de toda la gente que, al medio día, tomaba misa de cara al fin de año.
“Es muy triste que en la propia casa de Dios hayamos sido reprimidos y es muy triste que vamos a implorar a la virgen por pasar días difíciles y nos encontramos con esta situación, se tuvo que parar, también somos humanos como los que estaban escuchando misa, sólo que nosotros tenemos sufrimientos, ¿por qué nos separan? Si no somos delincuentes, ¿por qué nos callan?
«Es insoportable esta discriminación y ahora sabemos quiénes son los que manejan el catolicismo, pero lucran con la gente que tiene fe, la culpa lo tienen quienes lo manejan, es gente insensible y nunca van a estar con el pueblo mexicano, critican a la gente que alza la voz, sólo podemos decir gracias por salir con esa dignidad y a enseñar a salir a luchar por lo justo”, fustigó González.
Al final, los padres indicaron que se trasladarán a Guerrero para pasar el Año Nuevo, aunque no tienen pensada alguna actividad y sería para enero cuando reactiven sus acciones.