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MADRID, 16 de junio (Quadratín México).- Sahel, África, es azotada por altas temperaturas y una sequía absoluta de casi un año, lo cual podría provocar la muerte de más de un millón de niños, advirtió hoy el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
“La grave falta de lluvias durante casi un año en este país africano ha provocado la pérdida de hasta el 80 por ciento de las cosechas, lo cual agravará la situación de reservas de alimentos ante la llamada temporada del hambre”, dijo el fondo a través de un comunicado y agregó que y agregó que a ello se suma que las familias no pueden comprar comida porque en algunas zonas deben pagar por el maíz o el trigo el doble que hace cuatro meses.
El Sahel es una franja que cruza la región africana a través de unos 10 países, cubriendo una zona territorial de unos 4 millones de kilómetros. Es considerada una de las más pobres del mundo.
El UNICEF indicó pese a que de enero a abril de 2012 unos 250 mil niños menores de cinco años recibieron tratamiento contra la desnutrición aguda grave, pero aún falta mucho por hacer.
En el marco de la celebración del Día del Niño Africano, que se conmemora este sábado, UNICEF España dio la alarma sobre la situación extrema que viven en la región del Sahel unos 18 millones de personas, de las cuales los más vulnerables son los niños.
Expuso que junto a esa situación de máxima vulnerabilidad por la falta de alimentos, el conflicto en Mali obligó a 170 mil personas a huir de sus hogares hacia tres países vecinos, y otras 167 mil personas se vieron obligadas a desplazarse a otras partes del país.
UNICEF apuntó que en 2010 murieron en todo el mundo 7.6 millones de niños menores de cinco años por causas que se pueden evitar.
Aunque se ha avanzado mucho en las últimas décadas (en 1990 murieron más de 12 millones), África Subsahariana es la región que ha registrado un menor progreso.
Las mayores tasas de mortalidad infantil se encuentran todavía en África subsahariana, donde uno de cada ocho niños muere antes de cumplir los cinco años, añadió.
Por su lado, el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, indicó que “tenemos las herramientas, los tratamientos y la tecnología para salvar millones de vidas cada año y no hay excusa para no usarlos.
“La UNICEF centra su trabajo en hacer frente a las principales causas de la mortalidad infantil como la diarrea, la neumonía y la malaria, ampliando la cobertura de los tratamientos con mayor impacto y menor costo”, agregó.
En la actualidad, cerca del 90 por ciento de las muertes por neumonía y diarrea se producen en África subsahariana y en Asia meridional.
Para prevenir y tratar estas enfermedades, UNICEF trabaja en aumentar la cobertura de vacunas, fomentar la lactancia materna y el lavado de manos con jabón.
Además de ampliar el acceso al agua potable y al saneamiento, la distribución de sales de rehidratación oral a los niños con diarrea y el suministro de antibióticos a los niños con neumonía bacteriana.
El Día del Niño Africano recuerda una marcha en 1976 en Soweto, Sudáfrica, cuando miles de escolares africanos salieron a las calles para protestar por la escasa calidad de su educación y para exigir su derecho a recibir enseñanza en su propio idioma.
Cientos de niños fueron abatidos y en las dos semanas de protestas que siguieron, más de 100 personas murieron y más de un millar resultaron heridas. Para honrar la memoria de los asesinados y el valor de todos los que se manifestaron, el Día del Niño Africano se celebra cada 16 de junio desde 1991.
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