Virus HMPV detectado en China no representa amenaza: Kershenobich
GUADALAJARA, 20 de diciembre (Quadratín México).- El sobrepeso y la obesidad son consecuencia de los malos hábitos en la alimentación, mismos que repercuten en la salud y desarrollo físico de niños y adolescentes, indicó la experta del IMSS en Jalisco, Adriana Aguilar Lemarroy.
La especialista del Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señaló que la buena alimentación en niños y jóvenes es parte de su desarrollo.
“Ayuda a alcanzar el potencial máximo de estatura, además de proporcionar proteínas, vitaminas y minerales, las cuales aportan energía para la resistencia de cualquier tipo de actividad ya sea física o mental”, destacó.
Indicó que el hábito de la alimentación se forma en la familia, se refuerza en la escuela y sufre cambios no favorables con la influencia de la publicidad que ejercen algunas empresas productoras de alimentos.
La investigadora subrayó que los niños y jóvenes son el reflejo de los padres, por lo que si en casa se les brinda una alimentación saludable, baja en azúcar y grasa saturada, y alta en frutas y verduras, aprenden a disfrutar y preferir estas comidas.
Reconoció que la modificación de la conducta alimenticia no es tarea fácil, pero sí posible, siendo las primeras etapas de la vida el mejor momento para el cambio.
De inicio, recomendó establecer un horario regular para la comida, con tres o cuatro clases de alimentos nutritivos en porciones pequeñas, y sugirió que, por ejemplo en el desayuno, se incluya leche, preferentemente sin grasa, avena, frijol y frutas.
Para la comida, dijo, es importante agregar cinco tipos de frutas y verduras, entre las más importantes en cuanto a nutrientes se encuentran el brócoli, naranjas, arándano, piña, manzana, tomate, melón, mango, plátanos, uvas y aguacate.
Por otro lado, comentó que debe evitarse el consumo frecuente de dulces, refrescos, tocino, pasteles, papas fritas, hot dogs, salami y chocolate, entre otros productos que por su sabor y presentación, son atractivos para los niños, pero no tienen valor nutricional alguno y sí en cambio, alto contenido calórico y graso.
Junto a una dieta sana y balanceada, es importante inculcar en los niños el hábito de la actividad física periódica, destacó.
Precisó que el IMSS, dentro de su estrategia PrevenIMSS, ha establecido programas dirigidos al logro de una mejor salud basada en alimentos y ejercicio físico.
Entre ellos, mencionó el programa ChiquitIMSS, cuyo impacto se espera en el mediano a largo plazo donde, con mejor alimentación y el fomento de la actividad física, se procurarán adultos con menos riesgo a obesidad, diabetes e hipertensión, enfermedades conocidas por su curso crónico y degenerativo.
QMX/ntx/arm