Ahogadas, gigantes y hasta cubanas… gozan acá las tortas

CIUDAD DE MÉXICO, 30 de julio de 2016.- Los comensales, golosos, antojadizos y relajados usaron las escalinatas de la delegación como mesa para disfrutar su torta, al ver que en los pasillos donde las compraron ya no había espacio, ni en las mesas instaladas para comer, frente al grupo musical que amenizaba la tarde.

Niños, adolescentes, adultos usaban los escalones para sentarse e hincarle el diente a su torta de milanesa, de pierna, hawaiana, uruguaya, de pavo con mole o hasta de romeritos o mariscos, cuyos olores impregnaban la zona.

Más de 100 puestos ocupan desde el 27 de julio la explanada de la delegación Venustiano Carranza que celebra la decimotercera edición de este evento que es una oda a la Vitamina T y que concluye mañana domingo.

Ahí se reunieron locales para todos los gustos, antojos y curiosidades: Las famosas de Jalisco que son ahogadas, las Gigantes del sur, gratis si alguien se las acaba en 10 minutos.

Infaltables las cemitas de Puebla, rellenas con carnitas, las Gigantes de la Villa de lechón o la de Guacamaya de chicharrón con pico de gallo, aguacate, huevo cocido y desde Milpa Alta, las de mole verde con pollo, bacalao o mole negro con puerco.

Los sabores de Yucatán estuvieron presentes con el legendario Manjar Blanco desde Mérida y sus tortas de cochinita pibil.

Los visitantes comenzaron a ser más y si a las 14 horas aun podían caminar, conforme avanzaba el tiempo llegaron más y los olores se confundían, el humo que salía de las parrillas enturbiaba la vista y algunos asistentes entorpecían el paso, embobados mientras miraban los trompos de pastor o pedían tortas gigantes como si hoy fuera el fin del mundo, sin importar que ayer 29 de julio no se hubiera acabado como algunos auguraban.

Para huir del humo, de los empujones y gozar la torta fue que los visitantes se dirigieron a las escaleras y aprovecharon antes de que la lluvia lo hiciera imposible.