Reforma judicial deja sin protección a periodistas: Jan Albert Hootsen
CIUDAD DE MÉXICO., 30 de mayo de 2023..- En 2021 se registraron 22 mil 410 víctimas de violencia sexual infantil en México, de acuerdo con datos del Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal, elaborado por el INEGI.
Esto, sin contar la cifra “oculta” de casos que no se denuncian. Así lo dio a conocer Alumbra, una comunidad colaborativa impulsada por Early Institute, en el Panorama estadístico de la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes.
El estudio arrojó que de 2020 a 2021 se registraron 693 casos más, es decir, un aumento de tres por ciento. Respecto a la edad, niñas, niños y adolescentes de entre 10 y 14 años fueron el rango más afectado, también es importante visibilizar que casi el 10% fueron niñas y niños menores de 5 años lo cual equivale 2,070 víctimas de violencia sexual durante su primera infancia.
Los datos estadísticos del Censo arrojaron que durante el 2021, diariamente se cometieron 61 delitos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, de los cuales seis fueron niñas y niños menores de cinco años.
Por distribución geográfica, las mayores tasas estatales de delitos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes se registraron en Chihuahua (161), Querétaro (139), Nuevo León (134), Ciudad de México (123), Baja California (115) e Hidalgo (111), todas superando los 100 delitos por cada 100 mil niñas, niños y adolescentes en cada entidad federativa.
Para Alumbra, un proyecto colaborativo de Early Institute, es indispensable la generación y análisis periódico de indicadores de violencia sexual.
Aunque se reconoce la labor de las fuentes de información, se enfatiza la necesidad de una encuesta nacional que permita cuantificar la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, para poder llevar a cabo diagnósticos y estudios más especializados, identificar factores de riesgo, asociaciones entre variables y tendencias sobre la violencia sexual.
También es necesario generar estrategias basadas en evidencia, orientadas a la prevención de la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, fomentar la cultura de denuncia de delitos y disminuir la “cifra oculta”.
A manera de conclusión, mientras no haya un marco jurídico homogéneo en sus propósitos y alcances para prevenir y sancionar la violencia sexual ni existan políticas públicas en el mismo sentido, con enfoque de niñez, las niñas, los niños y adolescentes tendrán una infancia rota con riesgo de permanecer en el silencio toda su vida y los agresores en la impunidad.