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CIUDAD DE MÉXICO, 27 de febrero de 2017.- Los grupos dedicados a la extorsión ahora obtienen información de las víctimas en sus redes sociales y utilizan la aplicación de Whatsapp de los afectados como vía de engaño, estas son las modalidades con las que operan y que ha detectado la Procuraduría General de Justicia capitalina, a partir de las tareas de gabinete, campo e inteligencia que se realizan de forma permanente para prevenir y perseguir este delito en la Fiscalía Especial de Investigación para la Atención del Delito de Secuestro, Fuerza Antisecuestro (FAS).
Guillermo Terán Pulido, titular de la FAS, destaca que es necesario que los ciudadanos conozcan esta forma en que actúan las bandas delictivas, a fin de evitar que la gente sea agraviada por este delito de alto impacto, que registra 1.7 casos consumados por cada 100 mil habitantes en promedio diario en la Ciudad de México.
Las investigaciones permiten establecer dos tipos de extorsión: la aleatoria y la dirigida. La primera es la de mayor incidencia, en la que cualquier persona puede recibir una llamada en la que se le exige dinero mediante la amenaza.
En este caso, el método más frecuente es el llamado “chillón”, en el que una persona simula la voz, haciéndose pasar por el hijo o hija de la víctima, para decir que está secuestrada y que necesita ayuda. En otra variante, el agresor se ostenta como integrante de la delincuencia organizada y pide dinero a cambio de no hacer daño.
La extorsión dirigida, es hacia una persona en específico, en la que el probable participante tiene detalles genéricos del ciudadano al que contacta, y que obtiene a través de la información que ésta sube a sus redes sociales, como fotografías familiares.
Terán Pulido explica que otro fenómeno que se presenta ahora es el “secuestro virtual” que jurídicamente es una extorsión, en la que “el contacto con la víctima inicia con una llamada telefónica, un famoso chillón, sales tú de la casa a toda velocidad para tratar de rescatar y encontrar a tu familia, desafortunadamente en el inter te piden que compres un teléfono económico y que apagues el que estás utilizando”.
Detalla que en estos casos “la mayoría de las veces te piden también, lógicamente bajo amenaza, que ingreses a un hotel y ahí te quedas enganchado, mientras tanto te están sacando información de otros integrantes de tu familia, teléfonos, nombres, capacidad económica de ellos”.
En ese momento “los agresores generan una segunda llamada con alguna de las personas de las cuales tú ya diste el nombre y le hacen creer que estás secuestrado. Cuando tu familiar quiere contactarte no lo va a poder hacer, porque ya te pidieron que te desconectes de tu primer aparato telefónico. Entonces tu familiar lógicamente cree que tú te encuentras secuestrado y va a entregar la cantidad de dinero que te están pidiendo”.
El fiscal especial explica que se ha detectado una modalidad en la que los extorsionadores, cuando contactan a la primera víctima, “le piden desinstalar su aplicación de Whatsapp y ellos lo dan de alta en un teléfono agresor; cuando generan el contacto con tu familia ésta piensa que efectivamente te tienen porque están mensajeando desde tu número de Whatsapp, y de ahí mandan videos, audios de voz, se comunican, pero todo es a través de un empalme porque la víctima, reitero, está aislada en un hotel, sólo, sin agresión”.
Ante este fenómeno, como medidas de prevención para evitar ser afectado por este delito, la PGJ capitalina recomienda a la ciudadanía:
1.- Si recibe una llamada de extorsión, agresora, cuelgue.
2.- Denuncie, y en caso de creer el engaño, reflexione que no tiene la capacidad operativa ni la preparación para rescatar a un familiar.
3.- Use de forma responsable sus redes sociales, para evitar filtrar información que puede ser una herramienta para el extorsionador.
4.- Cuente con una aplicación de mensajería alterna, en la que sólo esté el núcleo familiar, que permita que ante una extorsión realice una búsqueda preliminar de su ser querido.
5.- Siempre, antes de salir, informe a su familia dónde estará, y las actividades principales a realizar.
6.- Si en casa hay un adulto mayor o un menor de edad que potencialmente puede contestar un teléfono, debe conocer cómo operan estos grupos para prevenir que sean sorprendidos