
De frente y de perfil
“Chachita” y “La Chorreada”, leyendas
Dos Jarochas en la Época de Oro del Cine
76, de sus 79 Años, en la Vida Artística
Estaba en el Estrellato Cuando Murió
Me propongo en esta ocasión entregarle comentarios periodísticos, a efecto de distraernos un poco con gratos recuerdos. Las noticias dramáticas suceden cada minuto.
JORGE HERRERA VALENZUELA
Una vez más, encontré dos historias de una pareja de lindas veracruzanas que incursionaron en el medio artístico y triunfaron dentro y fuera de nuestras fronteras.
Estuvieron en los sets nacionales y los hollywoodenses. Las dos en sus primeros pasos fueron cantantes, estudiaron y las vimos como polifacéticas actrices.
“Chachita”, Eva María Muñoz Ruiz, apenas empezaba a hablar cuando ya figuraba en el reparto de una película. Blanca Estela Pavón Vasconcelos, Celia “La Chorreada” muere al estar en la cumbre del éxito cinematográfico.
Fue en Minatitlán donde el actor y cantante Francisco “Paco” Muñoz y su esposa Ernestina Ruiz procrearon a una hermosa bebita, heredera de las dotes del canto y la comedia de su señor padre. Evita Muñoz nació el 26 de noviembre de 1936.
El 21 de febrero de 1926 la cigüeña llegó al hogar de don Francisco Pavón y doña Josefa Vasconcelos, dejándoles a su cuarta y más pequeña hija, en Orizaba. Apenas comenzaba su adolescencia, cuando Blanca Estela se integró al conjunto de Los Romanceros, como cantante.
Las dos seguramente que se conocieron en la década de los años cuarenta, pues ambas ya estaban demostrando sus ganas de triunfar como cantantes y comediantes. Lograrían ser actrices muy queridas por el público en todo México.
En mi comentario para no herir susceptibilidades, entre los familiares y admiradores, seguiré el camino cronológico.
La primera en ver la luz en este mundo y soltar su llanto fue la que habría de ser recordada como “La Chorreada”, cuya vida está salpicada de una anécdota ligada al comediante Marco Antonio, muy conocido como “Viruta”, pareja de “Capulina”.
LLAMADO DE LA MUERTE
Suena raro el título de mi comentario. Da escalofrío. Viene a la mente aquello de “al que le toca, le toca” o “te salvas del rayo, pero no de la raya”.
Empiezo por el final de la corta vida de una joven, de una belleza mestiza. Poco hacia de su cumpleaños número 23, cuando en un accidente aéreo murió Blanca Estela junto con su padre, quien era su acompañante permanente en las giras de trabajo.
Los Romanceros y su cantante estrella habían cumplido un contrato en Tapachula, Chiapas. Hicieron escala en la capital de Oaxaca. Los artistas estaban en “dos tandas de pasajeros” para regresar a la Ciudad de México. Blanca Estela y su papá formaban parte del segundo grupo para viajar.
Sin embargo, cuentan, la joven recibió el recado de que urgía su presencia en la Capital Mexicana. Era un llamado de trabajo. Un avión por salir, en el cual ella no tenía lugar reservado ni su papá. “Viruta” cedió su lugar y consiguieron otro voluntario para dejar el espacio a don Francisco.
Se anunció el abordaje al avión Douglas DC3, matrícula XA DUH. Padre e hija ocuparon sus lugares. Jamás imaginaron que recibieron un llamado…de la muerte. La nave estaba próxima a llegar a su destino, pero el capitán piloto Alfonso Reboul Lasscassios se reportó a la Torre de Control México.
“Estoy volando a mil trescientos 1,300 pies de altura. Muy mala la visibilidad. Turbulencias severas”, así terminó la comunicación y el avión se estrelló en el Pico del Fraile, exactamente en el volcán Popocatépetl. Los habitantes de Atlautla, México, fueron los primeros en ver cómo se desplomaba la nave.
El vuelo se había iniciado a las 12:40 horas y a poco tiempo, estaba destrozado el avión, esparcidos los cuerpos de pasajeros y la tripulación. Entre las víctimas, el abogado y político Gabriel Ramos Millán, El Apóstol del Maíz, y el fotógrafo de prensa Paco Mayo, de la dinastía española-mexicana Hermanos Mayo.
La tragedia ensombreció al gremio de actos y actrices. Pedro Infante estaba inconsolable. Lo acompañaba Jorge Negrete. “Viruta” se encerró en su casa por meses. No quería hablar con nadie, no atendía llamados y se marginó del trabajo. Blanca Estela era muy querida por él, pues estaban en el conjunto musical.
En el Lote de Actores, del Panteón Jardín, están los restos de la muy recordada, por generaciones de los años 50s, actriz que en la trilogía de películas de Ismael Rodríguez fue “bautizada” como “Celia, La Chorreada”.
Cosas de la vida. Pedro Infante, su pareja profesional, también murió al desplomarse el avión que piloteaba de Mérida a México. Fue en abril de 1957 y su tumba está en el lote de la ANDA.
PRECOCES ARTISTAS MEXICANAS
En el espectáculo cinematográfico la más pequeña actriz, comenzó su carrera a los 3 años de edad y dedicó 76 más al cine, teatro y televisión.
Las pantallas chicas, la televisión, registran en su historial a una bebita que, a los dos años de nacida, ya estaba frente a las cámaras. Se casó y, esporádicamente, ha vuelto a los estudios de grabación.
Comentaré en esta ocasión sobre la vida de la inolvidable Evita Muñoz, que al participar en la película ¡Ay Jalisco, No Te Rajes!, fue “bautizada” con el sobrenombre de “Chachita”.
La guapa Anahí, hizo su debut en el programa televisivo “Chiquilladas” en 1985, creo que todavía ni hablaba, tenía dos años de edad. La serie infantil estuvo al aire a partir de 1982. Desfilaron por los estudios, Carlitos Espejel, Ginny Hoffman, Lucero, Usi y Carlos Velasco, otros veinte infantes.
Como decía el papá de Usi y de Carlos, Raúl Velasco: “Aún Hay Más”, porque desde su infancia estuvieron en los sets, estudios y escenarios teatrales, estrellas que Ustedes, estimados visitantes de esta página digital, han conocido.
Cuatro nacieron en el desaparecido Distrito Federal, hoy Ciudad de México, hay una madrileña y una norteamericana, ambas con nacionalidad mexicana. Estas últimas son Belinda y La Novia de México, Angélica María. Comenzaron a los 10 y a los 6 años, respectivamente.
Las chilangas empezaron en la televisión: Lucerito, en 1969, a los 10 de edad. Danna Paola, en una telenovela, a los 4; Aislin Derbez, en México ya a los 15, pero principió en Nueva York haciendo un cortometraje y actuando en teatro, a los 9 años en 1995. La cuarta es la ya referida, Anahí.
RODEADA DE LUMINARIAS
La pequeña orizabeña Eva María Muñoz Ruiz, hija única del actor y cantante Paco Muñoz y de doña Ernestina Ruiz, iba a cumplir cuatro años (1940) cuando formó parte del reparto de la película “El Secreto del Sacerdote”.
Estelarizaron Arturo de Córdoba, Pedro Armendáriz, René Cardona, Armando Soto La Marina, “El Chicote”, el periodista Carlos Bravo y Fernández, “Carlhillos” y Manuel Buendía, un capitalino que nació en 1906, sin parentesco con mi compadre del mismo nombre.
A esos extraodinarios padrinos, habrá que sumar los de la siguiente filmación, ¡Ay Jalisco, No Te Rajes!: Jorge Negrete y Gloria Marín, Ángel Garasa, Carlos López “Chaflán”. Dirigía Joselito Rodríguez, quien a Evita Muñoz no le dijo “muchachita”, sino simplemente la nombró “Chachita”.
El sobrenombre, que la hizo famosa, cobró popularidad cuando hizo pareja en Nosotros Los Pobres, con Freddy Fernández “El Pichi”, a quien en la cinta le llamaron “El Ata”, por “atarantado”. Muchos años después volvieron a encontrarse en la serie “Nosotros los Gómez”, producida en estudios televisivos, por la que recibieron reconocimientos.
Antes de ver en las marquesinas su nombre, con letras grandotas, Evita Muñoz fue parte de un programa radiofónico que trasmitía la XEQ, a las siete de la mañana, La Legión de Los Madrugadores”, dedicado a los niños que se preparaban para salir a la escuela.
La pequeña de 8 años también fue llamada para cantar y bailar en la pista del Circo Atayde. En el semanal “Risámetro” de la XEW, programa en que se contaban chistes y se premiaba al público, también participó Chachita.
Sus dotes artísticos, su carisma, su carácter animoso, le dieron oportunidades varias. Una de ellas, el actor Carlos Montalbán la llevó a Nueva York para intervenir en la serie Aventuras de una Niña, cuya exhibición fue un éxito en Centro y Sudamérica.
La exitosa Chachita en la trilogía de Nosotros los Podres, Ustedes los Ricos y Pepe El Toro, tuvo otra faceta: ante los micrófonos imitó a Celia Cruz, a Olga Guillot, a Mona Bella, quienes la felicitaron por interpretarlas “a la perfección”.
La llevaron a los campos de batalla en la guerra de Corea. Con su versatilidad artística ánimo a las tropas norteamericanas.
TEATRO, CABARET Y TV
Mujer incansable. Todas las puertas se le abrían y era recibida con sonrisas. Casada con Hugo Macías Macotela, en 1958, fue madre de Eva Martha, Hugo y Mauricio. En una función del Hipódromo de las Américas, la empresa le impuso su nombre a una de las principales carreras.
El gran Dámaso Pérez Prado la invitó, como bailarina, a una gira con su orquesta por Filipinas y Japón. Las crónicas reportaron que los espectadores de ojos rasgados, les aplaudieron estrepitosamente.
Chachita trabajó en los centros nocturnos y en los teatros de Revista. En la Asociación Nacional de Actores, la ANDA, le otorgaron la Medalla Virginia Fábregas, por 75 años ininterrumpidos en el medio.
Compartió créditos en películas con Peter Falk, Columbo, Michael Douglas y Danny Devito. Prestó su voz en series animadas infantiles. Además, quién recuerda el personaje de Hermelinda, la bruja Hermelinda Linda, del cine mexicano. Sus paisanos le festejaron sus “primeros 70 años de artista” en el Centro Cultural Veracruzano, en el Sur de la Ciudad de México.
“Mundo Juguete” y Mujer, Caso de la Vida Real, están anotadas en su curriculum, dos series televisivas que hicieron época. Con Graciela Mauri y Silvia Pinal, como estrellas. Estuvo invitada a uno de los episodios de La Rosa de Guadalupe.
Por su papel de “Doña Pachita” en la película de Cantinflas y María Sorté, El Barrendero, Chachita fue premiada con una Diosa de Plata.