Libros de ayer y hoy
Presidente Que No Ejerció Como Presidente
Pedro Lascuráin No Probó El Poder
Negó Haber Traicionado a Madero
Uno de los Seis Presidentes Interinos
Jorge Herrera Valenzuela
Un Distritofederalense, nacido en el Rancho La Romita, fue Presidente de la República durante escasos 45 minutos.
Rindió protesta constitucional, ante el Congreso. Firmó el nombramiento de Victoriano Huerta, como secretario de Gobernación y le entregó el despacho de Palacio Nacional. Enseguida fue aceptada su renuncia.
Ese personaje célebre, a nivel mundial, fue el abogado Pedro Lascuráin Paredes. Era titular de Relaciones Exteriores, en el gabinete de Francisco I. Madero.
Al ser obligado el coahuilense a renunciar como presidente, constitucionalmente, el cargo correspondía al secretario de Relaciones Exteriores. Lascuráin se encargó de llevar esa renuncia y la del vicepresidente José María Pino Suárez, al Congreso.
El Golpe de Estado, ¡consumado!
Huerta contó con el apoyo del embajador norteamericano, Henry L. Wilson, y diplomáticos alemanes.
Bajo presión de los golpistas el 19 de febrero de 1913 llevaron a la Presidencia de México, al general Victoriano Huerta, cabeza del movimiento bélico conocido como La Decena Trágica, cuya culminación fue el 22 de ese mismo mes al ser asesinados, a tiros, Madero y Pino Suárez. Vil asesinato, no fusilamiento.
Pedro Lascuráin Paredes no ejerció como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Su participación se redujo a trámites burocráticos, realizados en unos minutos entre las 5 y las 6 de la tarde.
TRÁGICO FEBRERO DE 1913
La mañana del 9 de febrero de 1913 los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz (sobrino de don Porfirio) se rebelaron contra El Apóstol de la Democracia.
Reyes y Díaz estaban en la prisión militar en Santiago Tlatelolco. Los rescataron por órdenes del general Manuel Mondragón, señalado como uno de los autores intelectuales del derrocamiento de Madero.
Por breve tiempo Mondragón, en pago de sus servicios, fue secretario de Guerra y Marina en el gobierno espurio de Huerta.
Confiando en Victoriano, Madero ordenó a Victoriano Huerta sofocar ese movimiento. El de Colotlán, Jalisco, simuló controlar el motín en el cuartel de La Ciudadela, pero ya estaba en marcha el Golpe de Estado.
(En 1875 el cadete Victoriano Huerta instó a sus compañeros para asestar un Golpe de Estado, en Palacio Nacional, pero nadie lo respaldó). Cubrían una comisión de vigilancia. El presidente era Sebastián Lerdo de Tejada.
La Plaza de la Ciudadela, ubicada frente a la hoy es Avenida Chapultepec, el escenario de encuentro bélico. Ahí dieron muerte y tortura a Gustavo Adolfo Madero.
Madero había llegado, esa mañana, a caballo desde el Castillo de Chapultepec, escoltado por cadetes del Heroico Colegio Militar, entre ellos José López Portillo y Weber, papá del que fue presidente en 1976/82. También el cadete Adolfo de la Huerta Marcor.
Apoyado por el embajador norteamericano Henry L. Wilson y diplomáticos alemanes, Huerta tomó el poder. Ordenó el arresto de Madero y de Pino Suárez, llevándolos a las caballerizas de Palacio Nacional, vigilados por un militar de nombre Francisco Cárdenas.
Durante diez días la Plaza de la Ciudadela, céntricas calles del entonces “Primer Cuadro” –hoy Centro Histórico–, el Zócalo y el mismo Palacio Nacional, se transformaron en campos de guerra. Muriendo civiles y militares, entre ellos Bernardo Reyes, cuyo cuerpo quedó tirado frente a la sede del Poder Ejecutivo Federal.
Mientras todo eso ocurría, Lascuráin Paredes seguía despachando en Relaciones Exteriores hasta la mañana del 19 de febrero, en que tardó más tiempo en firmar su renuncia, protestar como Presidente de México, firmar el nombramiento de Secretario de Gobernación a Victoriano Huerta y darle posesión.
En la cronología de los hechos aparece que Pedro Lascuráin tuvo el honroso cargo presidencial de las 17:15 a las 18:00 horas.
Huerta figura como el único miembro del gabinete de Lascuráin, lo que también fue por unos minutos.
“El Chacal” como se llamó a Victoriano Huerta, ingresó al H. Colegio Militar por recomendación de su paisano, el general Donato Guerra y el presidente Benito Juárez le entregó un reconocimiento, cuando era estudiante, diciéndole “de los indios como usted, la Patria espera mucho”. Se equivocó nuestro primer presidente indígena.
QUE NO TRAICIONÓ A MADERO
Este singular caso en la Historia Patria, mueve a muchas interrogantes y la principal de ellas, ¿por qué Pedro Lascuráin no permaneció en el cargo? ¿Estaba amenazado de muerte por Huerta o por Manuel Mondragón, autor material del Golpe?
Días antes, en el cuartel de La Ciudadela, Huerta ordenó sacrificar a Gustavo A. Madero, hermano del presidente. Lo torturaron antes de darle muerte e inclusive le sacaron los ojos, según las crónicas de la época. Posteriormente serían asesinados el senador Belisario Domínguez y el diputado Serapio Rendón.
En las páginas de la Historia de México se reproduce una declaración del abogado Lascuráin, quien justifica su actuación.
“Yo, que intervine con la mayor y mejor buena fé del mundo, paso ahora ante el señor Madero, a quien tanto estimo, como desleal y que lo engaño”.
A lo anterior, el que fuera Rector de la Escuela Libre de Derecho, expresó en aquellos momentos: “Mi único propósito había sido obtener garantías que pusieran a salvo la vida del señor Madero, el Apóstol de la Revolución. Fue un malvado engaño, porque muy pocas horas después de serme garantizada la vida del presidente, era asesinado. No quiero decir más”.
Datos complementarios.
El nombre completo del efímero presidente, de acuerdo con documentos oficiales, fue Pedro José Domingo de la Calzada Manuel María Lascuráin Paredes, nacido en el Rancho La Romita, hoy el Barrio de Romita, en la entonces aristocrática Colonia Roma.
A los 81 años de edad “actuó” como Presidente de México. Vivió 96 años y es uno de los tres expresidentes con más años en ese rubro, 36. Luis Echeverría murió poco después de cumplir 100 años, a 46 de haber dejado el poder. Portes Gil, 48 años de expresidente.
Lascuráin Paredes está identificado como nieto del también presidente Mariano Paredes y Arrillaga, padre de Ángela Paredes Cortés. Estuvo casado con María Enriqueta Flores.
Algunos historiadores lo llamaron “el presidente fugaz” y anotaron que fue el número 39, contados a partir de Guadalupe Victoria.
Lascuráin fue el segundo de los seis Presidentes Interinos que hubo en el Siglo XX.
Es interesante conocer sobre los otros cinco y los tres llamados “convencionistas”, nombrados por Villistas y Zapatistas al desconocer a Venustiano Carranza, entonces Encargado del Poder Ejecutivo Federal y Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, con apoyo en el Plan de Guadalupe que redactó El Varón de Cuatro Ciénegas.