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Zar antidrogas: necesidad urgente para México
Insurgente Pedro Moreno, Héroe Olvidado
Jorge Herrera Valenzuela
Ni duda cabe que el destino del hombre llega a un final inesperado.
El amor a la Patria llevó a un próspero hacendado, de pensamiento liberal, a organizar guerrillas y sumarse al Movimiento Insurgente, cuyos próceres habían sido fusilados.
Pedro Moreno abandonó los negocios y el comercio, después de interrumpir sus estudios de Derecho en el Seminario de Guadalajara, para defender la libertad de sus compatriotas sojuzgados, más de 300 años, en la Nueva España.
Lo inédito de la decisión del ilustre jalisciense está en que, al ir a los campos de batalla, lo siguieron su esposa, Rita Pérez Jiménez, uno de sus hijos de apenas 15 años, que murió combatiendo.
El historiador Oscar González Azuela en sus escritos referentes a este patricio laguense, asienta que las esposas de muchos guerrilleros, de familias acomodadas, acompañaban a sus maridos para evitar ser víctimas de los realistas que la sometían a torturas, les rapaban y hacían escarnio de ellas.
Ojear las páginas de la Historia Patria me apasiona. Conocer sucesos y personajes que brillaron por sus actuaciones, permite adentrarme en la vida de los actores. No siempre son juzgados sin antes verificar lo positivo de su trayectoria.
Abordar temas históricos no siempre garantiza la atracción de muchos lectores, por la aridez que marca el referir nombres, fechas y lugares. Una alumna del Centro Universitario Ixtlahuaca, Estado de México, me advirtió “lo aburrido” de “la clase que me gusta, pero agilícela, por favor”. Impartía la cátedra de Derecho Agrario.
La observación de la chica me hizo reflexionar que, comentar sobre acontecimientos históricos, en tarea académica como en la redacción de un artículo periodístico, lo principal es resaltar hechos poco conocidos y mezclarlos con biografías y detalles interesantes, con precisión, concisión y legibilidad.
DE SEMINARISTA A GUERRILLERO
El pasado 18 de enero se cumplieron 250 años del natalicio de un hombre perteneciente a una familia campirana, hacendados, de amplios recursos.
Precisamente porque hay quienes consideran a Pedro como “un héroe olvidado”, está hoy en ALFA OMEGA DEL RECUERDO, el seminarista que se convirtió en un guerrillero seguidor del Movimiento de Independencia.
Cuando falleció su padre, Manuel Moreno de Ortega y Verdín y Villavicencio, Pedro dejó los estudios que realizaba en el Seminario de Guadalajara. Se puso al frente de la familia, apoyando a su madre, María del Rosario González de Hermosillo.
El matrimonio de Manuel y Rosario, españoles ambos, establecieron su domicilio en la Hacienda de la Daga, en Santa María de los Lagos.
Ahí nació Pedro. Luego de doce años de su muerte, el Congreso Local, en 1829, aprobó cambiar el nombre al municipio y cabecera del mismo, desde entonces es Lagos de Moreno, Patria Chica del sacerdote e historiador liberal Agustín Rivera y del novelista revolucionario Mariano Azuela.
Pedro Moreno (Pedro José Miguel Ignacio Moreno González de Hermosillo) fue llamado “hacendado progresista, de ideas liberales”. Cuando llegaron a ofrecerle el indulto, respondió con firmeza a los realistas: “me decidí a favor de la Patria”.
Esposa e hijos lo respaldaron y la Familia Moreno González de Hermosillo se negó a deponer las armas insurgentes.
EN EL FUERTE DEL SOMBRERO
A los 37 años de edad decidió abandonar su exitosa carrera en los negocios y el comercio. Pedro, acompañado de su esposa Rita Pérez Jiménez, los hijos de ambos y un considerable número de familias, establecieron su centro de operaciones, instalaron un campamento, en el Fuerte del Sombrero.
Desde ese lugar, las guerrillas insurgentes, organizadas por Pedro Moreno, salieron a combatir a los realistas, al ejército español. Llegaron a muchos lugares del Bajío, en Guanajuato. Lo mismo hicieron en poblados jaliscienses, sin dar cuartel a los españoles que recibían órdenes del virrey en turno.
Dos personajes se unieron a la causa insurgente. El español Xavier Mina (Xavier Martín Mina Larrea) y el fraile dominico, de Monterrey, Nuevo León, Servando Teresa de Mier (José Servando Teresa de Mier y Noriega y Guerra.
Mina fue apresado el mismo día en que Pedro Moreno cayó acribillado en el campo de batalla, en octubre de 1817 y días después Mina muere en el Fuerte de los Remedios, en Pénjamo, Guanajuato.
El nuevoleonés, Servando Teresa, no participó en los combates. Sin embargo, simpatizó con la lucha insurgente y estuvo preso en varias ocasiones. Su historia pronto la comentaré.
SUS RESTOS EN EL ÁNGEL
Los realistas se ensañaron contra la esposa e hijos de Pedro. A uno de los hijos, de apenas de quince años, lo asesinaron. Guadalupe, de dos años de edad, fue secuestrada y entregada a un matrimonio español. Terminada la guerra, madre e hija se reencontraron.
He comentado que el ilustre laguense se desenvolvió con mucha destreza en el comercio, continuaba lo que su padre había desarrollado en Santa María de los Lagos, pero, el pero que nunca falta, Pedro nació para apoyar a los rebeldes insurgentes.
Los jefes españoles, desde que el exseminarista retornó a casa, supieron de los planes de Pedro y establecieron vigilancia permanente, nada discreta. Le seguían los pasos y reportaban los movimientos que hacía en la región de Los Altos.
En el campo de batalla en “El Venadito” cayó, acribillado, el luchador insurgente, cuyo cuerpo fue mutilado. Lo decapitaron y pusieron su cabeza en la punta de lanza y así la llevaron a Lagos.
Corto tiempo estuvo exhibida en Lagos, como ocurrió con las de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez que permanecieron meses, en la parte alta de las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato.
La cabeza de Pedro fue rescatada por familiares y la inhumaron en lugar secreto de un templo en Lagos. El resto del cuerpo fue llevado a la Columna de la Independencia, donde las autoridades, en el sexenio de Felipe Calderón, omitieron el nombre de Pedro Moreno en la relación de los once “Beneméritos de la Patria en grado heroico” y las protestas no tardaron de llegar de Lagos.
La Comisión Oficial de los Festejos del Bicentenario de la Independencia, sin explicación alguna, “olvidaron” el nombre del laguense. Sus paisanos indignados protestaron e hicieron todos los trámites burocráticos, personalmente y por escrito. La respuesta oficial fue favorable.
En el presente año tuvo lugar la ceremonia, en la Columna de la Independencia, siendo el historiador González Azuela encargado del discurso alusivo.