Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Se cierra capítulo importante de la historia
Jorge Herrera Valenzuela
La tarde del 19 de noviembre de 1910, en céntrica calle de la capital de Puebla, en la Casa de Los Hermanos Serdán, dio inicio al Plan de San Luis proclamado por el coahuilense Francisco Ignacio Madero González para acabar con la dictadura del oaxaqueño Porfirio Díaz.
Seis meses después estaba consumado el derrocamiento del hombre que mantuvo el poder presidencial por más de treinta años. Con sus familiares partió hacia París, el 25 de mayo de 1911.
Panchito Madero logró su propósito de ser electo Presidente de México, pero poco le duró el gusto porque, militares apoyados por el embajador norteamericano, llevaron al poder a Victoriano Huerta. Antes éste ordenó asesinar a Madero y también al último vicepresidente mexicano, José María Pino Suárez.
En Morelos surgió el grupo encabezado por Emiliano Zapata que se unió a las fuerzas maderistas, aunque mediante el Plan de Ayala desconoció a Madero y lo acusó de traicionar la causa campesina. Zapata se unió al jefe de la División del Norte, Francisco Villa, éste asesorado por el general de carrera Felipe Ángeles, hidalguense que se llamó Felipe de Jesús Ángeles Ramírez.
Este militar dirigió el H. Colegio Militar y gobernó en Coahuila y en Nuevo León. Fusilado por órdenes de Venustiano Carranza. Lo sentenció un Consejo de Guerra por estar con Pancho Villa. Fue al paredón en noviembre de 1919, en Chihuahua.
Las supuestas uniones entre los grupos militares duraban el día y la noche. Se enfrentaron todos contra todos en una batalla campal, sin límite de tiempo. Carrancistas y Obregonistas contra Villistas y Zapatistas; al principio también entraron a la pelea los maderistas.
Cuentan los historiadores que Carranza mandó dar muerte a Zapata. El asesinato de Carranza se lo atribuyeron a Obregón, a quien se culpó de la emboscada a Villa.
“El cristero” José León Toral, autor material de la muerte de Obregón. Del autor intelectual, “El Panzón” Soto, cómico carpero de la época, decía en el escenario: “Si le preguntan quién mató a Obregón… ¡Mejor, Cálles… e!”.
Lo que empezó con el asesinato de un presidente, terminó con igual final de otro presidente, de1913 a 1928.
Terminó la lucha fratricida, llamada Revolución Mexicana. Debíamos de identificar esos hechos como Movimiento Armado por el Poder.
HISTORIA DEL PARTIDO
Hace cincuenta años el profesor y licenciado Miguel Osorio Marbán publicó el primero de los tomos que contienen la historia, al detalle, del órgano político que conjuntó a los representantes de grupos y corrientes ideológicas, participantes en el Movimiento Armado.
Después, a diez años de distancia, fue la segunda fase de esa organización que dio cabida a los militares y sirvió para estructurar, nacionalmente, los procesos electorales. Nueva estructuración del partido, desapareció el Sector Militar, y se impulsaron las organizaciones obrera, campesina y popular.
Primero, en 1929, Partido Nacional Revolucionario. En 1939, Partido de la Revolución Mexicana. Se iniciaba la sucesión presidencial en 1945 y vino la tercera etapa, dando vida al Partido Revolucionario Institucional, vigente desde enero de 1946.
En la fase inicial la tarea realizada por Calles como presidente entre 1920 y 1924, hubo contrastantes decisiones. Llegó a su fin la “Guerra Cristera”, se creó el Banco de México con Manuel Gómez Morín como principal responsable.
Sin embargo, la mancha fue reformar la Constitución Política para legalizar la reelección presidencial de Álvaro Obregón, quien hubiese sido el iniciador de los gobiernos sexenales.
Histórico el gobierno cardenista. Trascendental la Expropiación Petrolera. La fundación del Instituto Politécnico Nacional. El surgimiento de la Confederación de Trabajadores de México, la CTM con Vicente Lombardo Toledano y con el profesor Graciano Sánchez, la CNC, Confederación Nacional Campesina. Entraron en función los Internados para los Hijos de Trabajadores.
Osorio Marbán relató paso a paso la historia del partido que dominó con las siglas PRI, cuyo lema es Democracia y Justicia Social. Es recomendable que los políticos viejos y los de nuevo cuño leyeran la obra del profesor Osorio Marbán, en virtud de conocer cómo se hacía político, cómo eran los políticos con ideología, con principios y con programas de acción.
Con la aprobación del presidente Adolfo López Mateos y el apoyo de Corona del Rosal, presidente del PRI, se estructuró un programa especial para la capacitación de los futuros legisladores y gobernantes. Osorio Marbán fue nombrado director general de las Juventudes Revolucionarias y el Instituto Capacitación Política arrojó buenos resultados.
CONCILIACIÓN Y DISTURBIOS
Comento que Plutarco Elías Calles en la década de los años treintamarcó la etapa posrevolucionaria de México. El sonorense demostró habilidades de conciliador. Abrió las puertas del poder a los políticos, se dieron los primeros pasos de un México de las Instituciones. Supuestamente terminaba el caudillismo.
Dos sucesos sangrientos sellaron los comicios presidenciales en 1940 y en 1952.
Los simpatizantes de los generales Juan Andrew Almazán y Miguel Henríquez Guzmán, protagonizaron enfrentamientos con la policía y los militares. No aceptaban la derrota y desconocieron los triunfos del PRM y del PRI, respectivamente.
En julio de 1952 la policía arremetió contra una manifestación de diez mil “almazanistas” cuando estaban sobre San Juan de Letrán, frente al Palacio Postal o Correo Central. Hubo muertos, heridos, detenidos. La protesta fue por el robo hecho por los avilacamachistas.
Frente a la Alameda Central, también en julio, de 1952, fueron reprimidos los henriquistas. Muertos, heridos y detenidos, civiles y militares. Don Adolfo Ruiz Cortines, triunfaba. Entre los henriquistas recuerdo a los generales Marcelino García Barragán y Celestino Gasca (diputado Constituyente del 17) y a mi querido amigo Natalio Vázquez Pallares.
LABASTIDA OCHOA HABLA
Francisco Labastida Ochoa, respetado y respetable político sinaloense, no está acuerdo ni apoya las ambiciones personales del sujeto que borra la historia de un partido político que le dio la oportunidad de participar estatal y nacionalmente en la política.
En pocas palabras el economista nacido en Los Mochis, Sinaloa, y con 60 años de militancia en el tricolor, declaró en días pasados: “Está muy claro, si él logra quedar al frente del partido, yo voy a renunciar”.
Labastida Ochoa afirmó que un militante PRIista como él, no puede compartir con quien busca una reelección para dirigir al PRI hasta el año 2032.
Los seguidores y asesores del campechano, cuyo nombre no es publicable, en concepto del excandidato presidencial en el año 2000, “están haciendo una jugada que no es democrática”. Desde el principio ese individuo “absorbió facultades que son del Consejo Político Nacional”.
El mochiteco tiene la calidad moral, amasada desde sus años juveniles en la política. Secretario de Minas, Energía e Industria Paraestatal; lo fue también de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, así como de Gobernación. Senador y sin apoyo de ninguna naturaleza en la campaña presidencial de principio de este siglo, el sinaloense no ganó en las urnas.
Durante el sexenio salinista, hubo dos presuntos precandidatos presidenciales y a los dos se les alejó de la jugada. Labastida Ochoa fue enviado a Sinaloa como gobernador y a Jesús Silva Herzog Flores, embajador den Estados Unidos de América. El presidente Miguel de la Madrid decidió entregar la candidatura a un grupo que encabezaba su secretario de Programación y Presupuesto.
Hoy, mi respetado amigo está en la lista de “candidatos a la expulsión” del PRI, bajo el argumento de que son responsables de la debacle interna e inclusive de tener relación con el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, en marzo de 1994.
El corrupto dirigente anunció que va a proponer expulsar a quienes fueron presidentes: Dulce María Sauri Riancho, Manlio Fabio Beltrones Rivera, Pedro Joaquín Coldwell y Claudia Ruiz Massieu Salinas; Francisco Labastida Ochoa, no fue presidente partidista.
¿El motivo de la aberrante ocurrencia? No darle el visto bueno a las ambiciones de un desacreditado político. Los cinco van a impugnar la facciosa asamblea nacional en que reformó la legislación partidista.
Muchos militantes renunciaron al PRI, en desacuerdo con la dirigencia nacional, algunos lo hicieron para buscar acomodo con el fundador y verdadero líder del partido en el poder, sin lograr recibir el apapacho como el yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín.
DULCE MARÍA Y SU OPINIÓN
Una de las mujeres que destacan por su militancia en las filas del PRI, es la yucateca de carrera completa como legisladora, gobernadora y dirigente nacional.
La conocí en la primera de las cuatro ocasiones que ha sido diputada federal, muy buena en la tribuna parlamentaria. En 2020 presidió los trabajos en San Lázaro.
Secretaria General y presidenta nacional del PRI. Electa dos veces para ocupar un escaño senatorial y gobernadora interina de Yucatán. Originaria de Mérida, a sus casi 73 años, sigue en la batalla y comento que le tocó aceptar no tener apoyo para la campaña del candidato presidencial, en el 2000.
Recientemente escribió en la página editorial del diario Reforma:
“En un futuro tan próximo como el primero de septiembre, dará lo mismo que el PRI vote o no vote sobre asuntos de todo tipo, incluyendo reformas constitucionales. Su voz tampoco tendrá peso de la autoridad moral, que no numérica, pues el desprestigio de su presidente nacional le ha cobrado factura.
“En este complicado escenario, ¿a quién le importa el presente y el fututo próximo del PRI? Entiendo, que, en primer término, a quienes militamos en esta organización política. Aunque somos cada vez menos, todavía somos numerosos/as quienes sostenemos sus principios y valores de justicia social y democracia”
NI SOMBRA NI CARICATURA
Descender hasta el cuarto lugar como fuerza política, sin ganar una diputación federal ni una senaduría en 2024, ¿no es suficiente para tener dignidad y renunciar a la dirigencia? 300 diputaciones y 64 senadurías estuvieron en juego.
Verdaderamente el campechano es un símil del inquilino de Palacio Nacional. Ambos quieren justificarse culpando a sus antecesores. Hasta 2019 el PRI gobernaba en 18 Estados; hoy solo en dos.
En el sexenio del tabasqueño la impunidad es un privilegio que gozan sus tres hijos mayores, sus hermanos, el restaurantero jefe de ayudantes y el exchofer y hoy próspero empresario, “Don Nico”.
Cómo justificar que el PRI no ganó una de las 300 diputaciones y quedó en cero candidatos triunfadores para senadores. Habrá 13 senadores del tricolor, por su coalición con el PAN y con el agónico PRD.
En la Cámara de Diputados están acreditados 500 legisladores/as y el PRI estará presente, si bien le va, con ¡34!
Es indignante que se atribuya a dirigentes del pasado la actual desgracia del PRI y más triste que la crisis sea avalada por una minoría, en la que destaca el exgobernador Rubén Moreira y actual coordinador de la bancada en San Lázaro.
Es fácil acusar, lanzar cargos, atribuir responsabilidades. Presentar pruebas y fundamentarlos, nombre y apellidos de los responsables. Exhibir, informar, lo realizado desde agosto de 2019 a la fecha por el comité ejecutivo nacional y sus comités estatales.
Números de triunfos alcanzados, campañas de afiliación, preparación de cuadros juveniles, liderazgos femenil, obrero, campesino y en el sector popular. ¡Nada!
Comento, finalmente, que el partido invencible, el partido con una ideología definida, con principios y programa de acción, NO ES NI SOMBRA, NI CARICATURA, si acaso es un fantasma.
Unos convocan al funeral. El oxígeno oficial ($) se agotó y solo hay un tanquecito para un “nuevo innombrable”.