Durante una conferencia de prensa, explicó que un bebé alimentado con leche de fórmula consume aproximadamente de tres a seis cucharadas cafeteras de azúcar al día, lo que representa un mayor riesgo de obesidad.
Ante este panorama, Alejandro Calvillo urgió poner en marcha una política integral de combate a la obesidad, pues reveló que los primeros factores que aumentan considerablemente el riesgo de padecer la enfermedad en los niños y niñas al nacer y durante sus primeros años, son la cesárea y la alimentación con sustitutos de leche materna.
El director de la organización reiteró la necesidad de tener una política integral de combate a la obesidad que retome los 10 objetivos del Acuerdo Nacional por la Salud Alimentaria (ANSA).
Entre los que está el promover la lactancia materna, bajar el consumo de bebidas azucaradas y regular los etiquetados de los productos para que ofrecer información veraz a los consumidores.
La coordinadora del área de salud alimentaria de El Poder del Consumidor, Xaviera Cabada comentó que la ENSANUT 2012 refiere que el porcentaje de las mujeres que no amamantan es de 85.6 por ciento contra 14.4 por ciento que si lo hacen de forma exclusiva los primeros seis meses de vida.
Subrayó que en 2006 el porcentaje de madres que si amamantan a su hijo era de 22.3 pro ciento.
Este drástico descenso se dio en el último sexenio, lo cual se puede atribuir a la ausencia de regulaciones en la materia que existen en el país, comentó.
En comparación con la situación internacional, México presenta el menor índice de lactancia materna exclusiva (primeros 6 meses de vida) en toda América Latina y presenta uno de los más bajos a escala mundial.
Indicó que existe evidencia científica de la asociación entre la ausencia de lactancia materna y aumento en el riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades coronarias, así como enfermedades gastrointestinales y alergias.
Una de las principales razones es que se ha visto que cuando los bebés son alimentados con biberón no hay una autoregulación en la cantidad de alimento ingerido, lo que alargo plazo provoca una ligera distención abdominal entre los niños, esto es porque se consume mayor cantidad de la que se ingiere a través del seno materno.
La alimentación a través de biberón fomenta una mayor ingesta calórica entre los infantes.
Respecto a las fórmulas lácteas, alertó que éstas contienen azúcar añadida en cantidades elevadas. Existen fórmulas lácteas para bebés en el mercado que contienen desde 28 hasta 54 por ciento de azúcares totales.
De esos azucares totales, dijo, casi la mitad son azúcares añadidos cuando la recomendación por los organismos tanto nacionales como internacionales, es no administrar a lactantes azúcar añadida.
Un bebé que es alimentado con fórmula consume alrededor de tres a seis cucharadas cafeteras de azúcar diarias, de manera continua hasta al menos un año de edad.
Xaviera Cabada explicó que la lactancia natural exclusiva durante los primeros seis meses de vida estimula el funcionamiento del sistema inmunológico, protege a los bebés contra la diarrea y las infecciones respiratorias agudas –dos de las principales causas de mortalidad infantil en el mundo en desarrollo– y mejora su respuesta a las vacunas.
Por ello, consideró que en México se requiere que haya una ley integral que regule a la industria y que abarque sanciones fuertes en los casos en donde haya alguna violación.
Sólo así, dijo, se podrá detener las multimillonarias prácticas de mercadeo de la mayoría de las grandes trasnacionales que violan los códigos internacionales.
De acuerdo a la información más reciente de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT 2012), México ocupa el primer lugar en cesáreas en todo el mundo y uno de los niveles más bajos de lactancia materna, ambas situaciones incrementan el riesgo de obesidad.
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