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CIUDAD DE MÉXICO, 4 de enero de 2018.- A las personas desplazadas de Chalchihuitán y Chenaló, Chiapas, les son insuficientes los alimentos, los cuales, muchos de ellos enlatados, no son adecuados para su salud considerando su dieta alimenticia tradicional; beben agua insalubre y contaminada de pozos y escurrideros.
Además, su situación de salud es mala debido a las condiciones extremas del medio ambiente, y a que carecen de ropa y zapatos adecuados para soportar el frío, lo que ha provocado enfermedades de vías respiratorias.
Así lo consideró la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) al identificar las situaciones que ponen en riesgo la salud, vida e integridad personal de las personas que sobreviven en campamentos y comunidades de Chelmut, Bolchojón, Bejeltón, Canalumtic, Pom, Tulantic, Cruz Kakanam y Tzomolton.
Varios lugareños de algunas localidades aseguraron que han regresado a sus viviendas sólo para verificar el estado de sus propiedades y que por la inseguridad que se vive en la zona, retornan a los campamentos.
Dadas las precarias condiciones en que sobrevive esa población, el Organismo Nacional urgió a los gobiernos federal, estatal y municipal, la implementación integral de las medidas cautelares solicitadas por la CNDH desde el 27 de noviembre pasado.
En la visita, también encontró que la calidad del agua predispone la presencia de enfermedades gastrointestinales; duermen en el suelo bajo la carpa, y las cobijas con que se cubren son escasas.
Por ello, la CNDH pidió la implementación urgente de las siguientes acciones en beneficio de las personas que habitan esas comunidades y campamentos:
Proporcionar de manera constante y suficiente, insumos básicos de su dieta como frijol, maíz y arroz en grano, azúcar, café, leche y agua embotellada, evitando alimentos enlatados o instantáneos. Proporcionarles utensilios básicos para preparar su comida tales como cazuelas, ollas, comales, molinos manuales, así como mesas y sillas.
Realizar las acciones que sean necesarias para garantizar las adecuadas condiciones de saneamiento y salud de esas personas, que incluyan brigadas de atención médica y vacunación, desparasitación, cloración de agua, recolección de basura; insumos básicos de higiene y baños públicos. Habilitar sitios adecuados de alojamiento cerrado que los resguarde de las condiciones climáticas; colchonetas y mantas suficientes.
Pide se lleven a cabo constantes y permanentes recorridos de vigilancia por parte de las autoridades de seguridad pública de los tres niveles de gobierno hasta que se garantice el retorno seguro de las familias a su comunidad de origen, para evitar robos, saqueos, daños en propiedad y otro tipo de delitos. Asimismo, realizar las acciones necesarias para que niñas, niños y adolescentes puedan reanudar las actividades educativas de manera regular en sus comunidades.
Versiones encontradas sobre retorno
Por otro lado, visitadores adjuntos de la Quinta Visitaduría encontraron versiones diferentes del número de personas desplazadas que han vuelto a sus hogares. Se entrevistaron con autoridades y representantes de las comunidades de Chalchihuitán, quienes informaron que de las 5,023 personas que se encontraban en situación de desplazamiento, al 2 de enero de 2018 habían retornado a sus viviendas 3 mil 858, y los 1 mil 165 restantes, aún permanecían en los campamentos que habilitaron para su alojamiento.
Esta negativa a retornar, explicaron, se dio principalmente de manera total con habitantes de las comunidades de Canalumtic y Tulantic, y en forma parcial con los habitantes de Pom, Bejeltón, Cruzton y Tzomoltón, quienes decidieron no regresar a sus casas ante la inseguridad que aún persiste en esas localidades.
En contrario, el Presidente del Consejo de Vigilancia de los Bienes Comunales del municipio de Chalchihuitán, David Pérez Gómez, dijo al personal de la CNDH que el retorno a las comunidades de origen ha sido parcial; informó que sólo 2 mil 890 personas habían regresado.
Indicó que a los poblados de Pom, retornaron mil 328 personas y 298 permanecen desplazadas; a Chenmut, regresó la totalidad de los 460 desplazados; a Bejeltón, volvieron 138 y quedaron 21 en los campamentos; a Bololchojón, regresó el total, 103 personas; lo mismo ocurrió en Cruz Kakanam, donde volvió el total de 140 desplazados; a Cruzton retornaron 315 y se quedaron 709, y en Tzomoltón, 406 y siguen desplazadas 70. Señaló que a Canalumtic y a Tulantic, no ha regresado ninguna de las personas desplazadas, 488 y 186, respectivamente, quienes permanecen en los campamentos.
Para certificar el regreso de esa población a sus hogares, personal de la CNDH recorrió las comunidades de Chalchihuitán, donde se pudo observar que varias familias se encontraban al interior de sus viviendas en Canalumtic y Pom. Sin embargo, al entrevistarlos sobre su estancia en las mismas, varios lugareños coincidieron en señalar que se encontraban verificando el estado de sus propiedades y que por la inseguridad que se vive en el lugar, de nueva cuenta se incorporarían a los campamentos que tienen asignados.
Durante el trayecto en las comunidades de Canalumtic y Pom, se observó la insuficiente presencia de la Policía Estatal Preventiva sin las condiciones para prever la seguridad; toda vez que viven en zozobra pues en varias ocasiones han escuchado disparos de armas de fuego.