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Harán transportistas y comerciantes megamarcha en CDMX el 17 de febrero
De acuerdo con 963 reportes que ha recibido la página obrachueca.com desde marzo pasado, la mayoría de los reportes señalan que en la ciudad de México las construcciones ilegales o con irregularidades en el uso del suelo alcanzan una proporción de 71 por ciento, tan solo en los dos últimos años.
“El 63 por ciento de los reportes confirman haber presentado denuncia ante diferentes autoridades. Partiendo del hecho de que no todos los que reportan llenan todos los campos por no contar con la información, observamos como indicativo de posible corrupción que un 10 por ciento indica que a pesar de haber sido denunciada no ha sido verificada y un 8 por ciento ha terminado sin sanción. Lo que nos lleva a confirmar la impunidad con que actúan las constructoras y algunos establecimientos mercantiles en colusión con las autoridades”, según un boletín de las organizaciones.
Asimismo, según sus estadísticas un 54 por ciento incumplen características reglamentarias, un 42 por ciento carecen de permisos o documentación y un 41 por ciento tienen un nivel o más de lo permitido. “Esto constata que no se respetan los programas de desarrollo urbano ni el Reglamento de Construcciones, perdiendo la certeza jurídica y favoreciendo la especulación inmobiliaria”.
Las organizaciones explicaron la manera en que las inmobiliarias evaden dar información sobre sí mismas. “Se observa la dificultad en llenar el campo de nombre de la constructora por la existencia de fideicomisos que impiden contar con la información de los dueños o promotores del desarrollo”.
También señalaron cómo aprovechan conceptos legales difusos para conseguir permisos de manera discrecional. “En algunos casos hay clara violación a los Programas Delegacionales de Desarrollo Urbano que, al presentar la denuncia, la autoridad subsana argumentando la creación de un polígono de actuación, del otorgamiento de transferencia de potencialidad o por encontrarse el predio en un SAC (Sistema de Actuación por Cooperación).
“Todos estos instrumentos discrecionales, manejados a través de acuerdos entre particulares y la Seduvi, en fideicomisos privados, sin información accesible al público y que los exime del cumplimiento con la Ley de Desarrollo Urbano y algunos puntos del reglamento de la misma”.
Dichos instrumentos por ejemplo fueron usados en Amsterdam, en la Condesa, una zona que resultó afectada por el terremoto del 19 de septiembre.
“A raíz del sismo, se reinició una investigación y se identificó, por ejemplo, que en la calle de Amsterdam hay muchos edificios en donde se otorgó transferencia de potencialidad”.
Asimismo se observó que en zonas como Iztapalapa, Coapa y Xochimilco [otras zonas afectadas por el 19S] ya existían muchas denuncias vinculadas con un comportamiento riesgoso del subsuelo que se hacía más claro con las excavaciones profundas de construcciones.
Las tres organizaciones también informaron que luego del 19 de septiembre, se reportaron varias obras de escuelas, hospitales y universidades que fueron ampliadas con niveles sobre construcciones antiguas.
“El efecto del Colegio Enrique Rébsamen permeó en la ciudadanía haciendo conciencia que esas construcciones pueden tener debilidades estructurales con consecuencias fatales”.