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CIUDAD DE MÉXICO, 21 de junio (Quadratín México).-Científicos mexicanos revelaron que la proteína del amaranto ayuda en la prevención y control de la presión alta, la cual deriva en enfermedades del corazón, cerebrovasculares y renales, principal causa de muerte en los mexicanos.
El equipo del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, encabezado por Octavio Paredes López, ha logrado establecer que la amarantina, proteína identificada por el grupo científico, contiene péptidos funcionales antihipertensivos, los cuales bloquean una acción enzimática negativa que produce que la presión arterial se eleve.
De esa manera, dijo el Investigador Emérito del Cinvestav , se inhibe a la principal proteína de regulación de la presión arterial (angiotensina), lo que ayuda a bajar la presión.
La amarantina es la proteína vegetal más nutritiva de la naturaleza por su alto contenido de aminoácidos esenciales y su plasticidad para ser modificada y enriquecida por ingeniería de proteínas.
Paredes López, quien identificó, caracterizó y bautizó a la amarantina, afirmó que por su calidad puede llegar a competir con los fármacos antihipertensivos que existen en el mercado, pero sin producir efectos secundarios.
“Para llegar a este resultado, el experimento que realizamos en el laboratorio consistió en enriquecer de antihipertensivos a la amarantina, introducirla a un microrganismo, en este caso la Escherichia coli, lo que permitió obtener mayores cantidades de amarantina en menor tiempo, facilitando su caracterización molecular y funcional, y su rediseño mediante ingeniería de proteínas”, expuso.
En resumen, precisó el científico del Departamento de Biotecnología y Bioquímica del Cinvestav Irapuato, “demostramos que se puede producir en altos niveles amarantina soluble en una cepa bacteriana”.
Sin embargo, el también ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 1991 señaló que aún sin potenciar sus virtudes utilizando ingeniería de proteínas, la amarantina está de forma natural en el amaranto, y con el simple hecho de comerlo se puede generar bienestar al organismo, se tengan o no problemas de hipertensión.
Lo anterior se debe al alto valor nutricional de esta proteína; los valores nutracéuticos globales del amaranto (proteína, lípidos, almidón resistente, y fibra dietaria) son tan sobresalientes que su consumo regular en formas diversas (como hojuelas, tipo botana, ingrediente en productos de panificación y otros) genera notables beneficios al consumidor.
Otra forma de extraer los compuestos antihipertensivos es a través de la harina del amaranto, para ello se separa por fracciones, ya que presenta diversas densidades, tanto por la posición del grano como por su composición. De esta forma se identifican dónde están presenten los compuestos, se seleccionan y concentran los antihipertensivos de forma natural, sin ninguna modificación.
Según el investigador del Cinvestav, si hay un alimento que está cerca de ser una maravilla, es el amaranto, además crece en condiciones ambientales adversas, pues tiene la capacidad agronómica para estar a temperaturas extremas, y es resistente a plagas; sin embargo, lamentablemente no ha recibido atención científica, ni tecnológica adecuada para su estudio y explotación.
Lo que necesita es que le prestemos atención, por ejemplo, la altura de la planta en forma natural es de más de dos metros, así que debemos trabajar en bajarle la estatura como se ha hecho con otras plantas, para que comercialmente pueda utilizarse, cosechar adecuadamente e incrementar su productividad.
Aunque el amaranto está cada vez más presente comercialmente hablando, para Octavio Paredes aún es mínimo dado el potencial que tiene. “Por ello, aquí en el Cinvestav hemos desarrollado un enorme interés científico por el amaranto, lo que esperemos conduzca a que en el futuro sea utilizado más inteligentemente, ya sea como ingrediente principal o parcial”, concluyó.
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