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OSLO, 22 de junio (Quadratín México).- El ultraderechista noruego Anders Behring Breivik amenazó con nuevos ataques terroristas, mientras que pidió ser absuelto en el juicio que hoy terminó en su contra, acusado de matar a 77 personas en julio del año pasado.
“Mis hermanos en los movimientos de resistencia noruego y europeo están sentados siguiendo este caso mientras planean nuevos ataques. Pueden ser responsables de que 40 mil personas mueran”, dijo amenazante a los jueces, quienes pronunciarán el 24 de agosto próximo fallarán si el ultraderechista va la cárcel o a un psiquiátrico.
La historia juzgará a los cinco jueces del tribunal si condenan a un hombre que intentó frenar “el mal de hoy en día”, advirtió Breivik, quien volvió a apelar a la historia para decir que “a veces es necesario cometer una barbarie para frenar otra aún mayor”.
Y justificó: “Los atentados del 22 de julio fueron ataques preventivos en defensa de mi grupo étnico, y por eso no puedo reconocer la culpa. Actué en nombre de mi pueblo, mi religión y mi país. Exijo ser puesto en libertad”.
Breivik aseguró que no padece ningún trastorno mental grave, y atacó a los dos autores del primer informe psiquiátrico, que le diagnosticaron una esquizofrenia paranoide, porque son los únicos de un total de 37 expertos que han encontrado síntomas psicóticos en él.
Pero el 22 de julio del 2011, el ex empresario de 33 años, hizo estallar una furgoneta bomba en el complejo gubernamental de Oslo, causando la muerte a ocho personas, y luego se trasladóen coche a la isla de Utøya, al oeste de la capital, donde disfrazado de policía abrió fuego indiscriminadamente contra una multitud en un campamento de las Juventudes Laboristas en la que murieron otras 69 antes de fuera detenido.
El ultraderechista dijo que los noruegos “responsables” no se van a resignar y van a luchar para no ser minoría en su país por culpa de la sociedad multicultural que defiende la élite política.
Como ejemplo, citó el reciente hallazgo de un explosivo en una central nuclear sueca, en un caso donde no ha habido arrestos, pero que él atribuye a sus “hermanos” en el movimiento de resistencia .
Si los marxistas y los liberales que “controlan” Noruega quieren evitar un conflicto con los nacionalistas y conservadores, deben crear una zona reservada para ellos, como se hace con otros pueblos originarios en otras partes, lejos del “infierno multiétnico”, afirmó.
Según Breivik, el Partido Laborista, que ha controlado la política del país las últimas décadas, quiere “destruir” su cultura, a la raza nórdica y al pueblo noruego, igual que hacen la UE y la ONU con los pueblos originarios europeos, mientras se respalda a los indios bolivianos.
“El hecho de que a ellos se les apoye mientras se nos reprime es una injusticia insoportable”, aseguró.
Breivik repitió muchas de las ideas que ha defendido en su declaración inicial y durante el juicio, como su denuncia de la “marginación” de las ideas nacionalistas o su crítica a la falta de moral, la disolución del núcleo familiar o el aborto.
Los noruegos sufren una “psicosis cultural grave”, ejemplificada en que dos refugiados -uno de ellos, Alexander Rybak, de origen bielorruso y que ganó en 2009- representasen a su país en Eurovisión, una “burla y humillación” para Breivik.
El extremista noruego acusó a muchos de sus compatriotas de sufrir “auto-odio cultural” y explicó que la medicina es “más nacionalismo”.
En señal de protesta, varios familiares de las víctimas abandonaron en silencio la sala antes de que comenzara el acusado empezara a hablar.
Por separado, el gobierno noruego anunció este viernes que se construirán monumentos en memoria de las víctimas de Breivik en los dos sitios donde se produjeron los ataques.
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