
Ana María Ibarra denuncia tecnicismo en SCJ para negar derechos al pueblo
El candidato de la coalición Movimiento Progresista –conformado por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano y del Trabajo (PT)– aparentemente aprendió la lección que le dejó el 2006, cuando de estar en el pináculo, a un paso de la Presidencia de la República, asustó a sus aliados.
Hace nueve años convenció al país con su carisma. Durante los primeros cuatro años de su jefatura de Gobierno en el DF encantó a la cúpula del poder con acuerdos políticos y económicos. En medio de su popularidad avasalladora, perdió el camino, enfrentó a los poderosos y al gobierno federal con un discurso virulento que lo llevó caer en las encuestas hasta perder las elecciones.
Ahora, al menos en el inicio de su campaña y quizá porque empezó en tercer lugar de las encuestas, apareció un candidato conocido popularmente como AMLOVE y lanzó un discurso del amor, de la reconciliación. Matizó sus críticas con un respetuosamente, aunque mantuvo el discurso de “la mafia en el poder”.
Desde el penúltimo lugar en las encuestas, el aspirante presidencial por segunda vez mantuvo un discurso constante. Su estrategia en el primer debate organizado por el IFE fue no salirse del guión que llevaba preparado. Mesurado, ecuánime, mantuvo un orden propio al margen de las preguntas del moderador. Siempre con un mensaje persistente y hasta repetitivo, lo que permitió que la audiencia captara su posición: “honesta”, “honrada”, “opuesta al grupo que tiene secuestrado al país”.
La estrategia de contraste entre los blanco y lo negro impactó en los jóvenes y los ciudadanos. Esto fue clave para remontar en los sondeos y superar a la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota. Del tercer lugar pasó al segundo y empezó a mudar de discurso.
Con los días y su ascenso en las encuestas, su espíritu “tropical” –como lo calificó hace seis años el historiador Enrique Krauze Kleinbort en su libro “El Mesías Tropical”—lo ha traicionado y endureció su discurso en contra de esa “mafia”, de las televisoras, aquellas que enfrentó hace seis años y que, no pierde oportunidad, acusa de haber sido las que “nos cometieron un fraude”. Dejó el discurso de la reconciliación y pasó a la ofensiva.
En su estrategia por remontar al aspirante priista, Enrique Peña Nieto, empezó a manejar conceptos como que “las encuestas están copeteadas” ó “no son fidedignas”. “Nosotros tenemos nuestras propias encuestas”. Fue recibido en el programa de Televisa “Tercer Grado”, en el que aprovechó el foro para mantener su discurso y les dijo claramente a los analistas que Televisa y otros medios de comunicación tratan de imponer a Enrique Peña Nieto en la Presidencia.
Pescado de algunos clavos ardientes, como el movimiento de estudiantes del #YoSoy132 y de la encuesta del diario Reforma que lo coloca a 4 puntos de distancia del priista, ha buscado dar algunos golpes mediáticos que le permita darle vuelta a la tortilla, colocarse por primera ocasión en la punta en este proceso electoral.
Llama la atención que la estrategia usada ha hecho que por primera ocasión, desde la creación del Partido de la Revolución Democrática, un candidato de la llamada izquierda partidista haya hecho mítines multitudinarios en ciudades de estados del norte y del Bajío, como Ciudad Juárez, Chihuahua, Mazatlán, Monterrey, Reynosa, Saltillo, León, Celaya, entre muchos otros. Terreno tradicionalmente reservado a Acción Nacional.
Educado bajo los paradigmas del Siglo XX, cuando los héroes nacionales como Juárez, Hidalgo, Morelos, Zapata y Villa tenían una significación distinta para los ciudadanos, López Obrador los ha incorporado a su discurso y esta es la razón, por la que sus críticos consideran su discurso “viejo”, “pasado de moda”.
En ese sentido, ha mantenido en esencia el discurso que en el 2006 lo llevó a la cumbre y después lo despeñó: su base es la honestidad, lo moral, medidas anticorrupción, la austeridad republicana, ayudar a los pobres, cumplir con la legalidad y la Constitución.
Desde conceptos sencillos, que entiende el menos letrado como “fin a lujos y privilegios en el gobierno”, “gobernará con austeridad y honradez”, “terminaré con la corrupción en el país”, “eso nos permitirá liberar fondos para el desarrollo de México”, “ya no habrá sueldos de 200 mil o 600 mil pesos mensuales para altos funcionario públicos”, “aumentaré los salarios de los trabajadores sindicalizados, de base, eventuales, de honorarios, maestros, obreros, médicos, soldados, policías”, “ya no habrá avión particular o helicóptero para trasladar a los altos funcionarios públicos, a los políticos”, “habrá austeridad porque no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, entre otros, aborda prácticamente todos los puntos de su plataforma.
El candidato del Movimiento Progresista sostiene que para fortalecer la Hacienda Pública los ricos pagarán los impuestos que no pagan en la actualidad, pues los que ganan ingresos anuales a los que recibe Pemex pagan 15 veces menos que la paraestatal. En su gobierno, dijo, “se simplificarán los trámites para el pago de impuestos” y desaparecerá el IETU.
Todos los ciudadanos deberán manifestar cada año sus ingresos y utilidades, y depositarían lo que les corresponda de contribuciones, partiendo de fórmulas sencillas y de la confianza al contribuyente.
La fiscalización se llevará a cabo por sorteo y se castigará con energía la evasión fiscal, sostiene en su plataforma. Asevera que respetará la autonomía del Banco de México, pero se buscará que no solo procure el control de la inflación, sino que también se ocupe de fomentar el crecimiento económico.
Asevera que se prohibirá la existencia de monopolios y se apoyara a las pequeñas y medianas empresas con créditos baratos y protección ante precios exagerados de insumos, de impuestos altos y de burocratismo.
En materia de crimen y seguridad ciudadana, el candidato de las izquierdas sostiene que para terminar con este mal “aplicará la ley por parejo; los encargados de la seguridad pública serán hombres y mujeres honestos; todas las dependencias trabajaran coordinadamente; se tendrán reuniones diarias con el gabinete de seguridad, con la participación de los secretarios de Desarrollo Social, Salud y Educación”.
Se terminará la corrupción de los cuerpos policiacos; se protegerán los Derechos Humanos; se creará una policía profesional, así como una sola oficina de inteligencia. López Obrador, afirma que se aumentará el sueldo y prestaciones a los agentes de todas las corporaciones.
En materia de Reforma del Estado, López Obrador asegura que impulsará las reformas legales necesarias para que el presidente de la República se someta al principio de la revocación del mandato.
“Se abrirá un espacio de confluencia entre fuerzas económicas, políticas y sociales para definir y construir las bases institucionales del nuevo régimen político, y proceder a las reformas necesarias para establecerlo. Sea que se opte por el gobierno de gabinete, el semipresidencialismo o el parlamentarismo.
En cuanto a la energía, López Obrador afirma que se explotará racionalmente el petróleo, y su extracción quedará supeditada a la reposición de reservas, se dejará de vender, gradualmente, petroleó crudo al extranjero para procesar toda la materia prima en nuestro territorio; se construirán cinco refinerías: en Tula, Hidalgo; Salamanca, Guanajuato; Salina Cruz, Oaxaca; Dos Bocas, Tabasco; y en Atasta, Campeche, con el propósito de generar empleos y dejar de importar 500 mil barriles diarios de gasolinas y diesel, que representa el 50 por ciento del consumo actual, con una erogación de 20 mil millones de dólares anuales.
Se impulsará a la industria petroquímica y la producción de gas para frenar la dependencia del exterior. Señala que operarán a toda su capacidad Ias hidroeléctricas y otras plantas de Ia Comisión Federal de Electricidad para reducir Ia compra a precios elevadísimos.
Se dará prioridad a Ia investigación en torno de fuentes de energía alternativa, renovables y limpias.
Para generar fuentes de trabajo, Andrés Manuel López Obrador propone un programa de mejoramiento, ampliación y construcción de vivienda, con la meta de realizar un millón de acciones al año, generando así 500 mil empleos. Mantiene vigente el compromiso de vincular comercialmente al Pacífico con el Atlántico, mediante el desarrollo integral del Istmo de Tehuantepec, lo cual implica la construcción de dos puertos en Salina Cruz y Coatzacoalcos, así como un ferrocarril de carga de contenedores y la ampliación de la carretera existente. Propone crear un programa integral en las ciudades fronterizas que fomente la industria maquiladora.
En materia de Salud señala que la ciudadanía ejercerá su derecho a la seguridad social a partir de la reestructuración de las instituciones que conforman el sistema nacional de salud. Se establecerá una política de servicios médicos y medicamentos gratuitos. López Obrador destaca que la meta es alcanzar un servicio único de salud y se pronuncia por un programa de rehabilitación y construcción de clínicas y hospitales en todo el país.
En Educación, promete una revolución educativa orientada a mejorar la calidad de la enseñanza y a dar cobertura a todos los sectores de la población. Nadie dejará de estudiar por falta de espacios, maestros o recursos económicos, afirma.
Da su palabra que todos los jóvenes podrán ingresar a escuelas, preparatorias y universidades públicas y que habrá un 100 por ciento de inscripción.
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