Imperativo, estudio y reflexión sobre IA en la justicia: Guerra Álvarez
CIUDAD DE MÉXICO, 10 DE MAYO DE 2017.- Hilda Legideño aún tiene presente el apego y cariño que su hijo José Antonio Tizapa Legideño -uno de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en 2014- le tiene.
Con voz entrecortada, recuerda que José Antonio, cada 10 de mayo, Día de las Madres, él le llevaba flores y chocolates; también rememora que una vez, en su cumpleaños, su hijo le llevó serenata.
“El es muy detallista, me regalaba chocolates y en una ocasión en mi cumpleaños me llevó serenata. El ya es papá, entiende el compromiso que tiene un hijo y siempre fue muy cariñoso”, dice la madre de José Antonio.
Este 10 de mayo de 2017, han pasado 957 días, más de 37 meses de la desaparición de su hijo, ocurrida el 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero.
“Es muy difícil para mí este día, es recordar y acordarse”, expresa Hilda con la voz entrecortada, entrevistada por Quadratín en el Ángel de la Independencia, a donde acudió con otras madres tanto de los 43 como del Movimiento Madres Buscando a sus Hijos.
Legideño, cuya presencia se ha hecho más constante en las marchas de los padres de los 43 para exigir al gobierno federal la reaparición con vida de sus hijos, remarca que no tiene temor de mantener su lucha por su hijo, tanto en Guerrero como en la ciudad de México.
“Yo creo que el amor a un hijo es mayor que cualquier temor y hacemos actividades, a veces por desesperación hacemos cosas que quizá no deberíamos pero estamos desesperados, llevamos 31 meses y este gobierno tal parece no tiene intención de decir quiénes son los responsables ni decirnos dónde están nuestros hijos”, reprocha.
Cuestionada sobre por qué los padres decidieron hacer un evento con el movimiento, respondió que lo ideal es unir fuerzas.
“Todos los que tenemos familiares desaparecidos tenemos el mismo dolor, tenemos que caminar y exigir juntos porque así por separado al gobierno se le ha hecho más fácil reprimirnos a unos, a otros callarlos con dinero, a otros intimidarlos amenazarlos, todos juntos podemos hacer una gran fuerza, es lo ideal porque buscamos vidas”.
Hilda Legideño habla de su hijo en presente, porque en tanto no lo encuentre para ella está vivo, y por ello le manda un mensaje.
”Yo amo a mi hijo y por eso estoy aquí, el miedo que nos pueda meter el gobierno a estas alturas ya no importa porque es a mi hijo a quien buscamos”, concluye