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CIUDAD DE MÉXICO, 8 de julio, (Quadratín México).- Los mercados en México ven probable que el virtual presidente electo, Enrique Peña Nieto, logre sacar adelante una reforma fiscal en el primer año de lo que sería su Gobierno, pero mantienen sus reservas ante la posibilidad de alcanzar acuerdos para una reforma energética.
Analistas económicos señalaron que la mejora de la recaudación en México es una de las más bajas de América Latina, por lo que consideraron una prioridad para el posible nuevo gobernante. El priista ha prometido que el país crecerá a tasas del 6% anual, muy por encima del promedio actual.
“Las leyes fiscales podrían ser modificadas parcialmente aunque si es bien negociada, una reforma fiscal integral es posible”, estimó Samuel Moreno, economista del grupo financiero Invex.
La encuesta, realizada entre 13 analistas económicos durante la semana, solicitó a los expertos clasificar con números del 1 al 4 el grado de probabilidad de aprobación de la agenda de reformas, donde 1 equivale a “muy probable”, 2 a “probable”, 3 a “poco probable” y 4 a “muy poco probable”.
El ejercicio pidió ordenar del 1 al 5 la prioridad de aprobación de las reformas.
La mediana de las respuestas de los 13 analistas encuestados ubicó en 2 (probable) la probabilidad de que la reforma fiscal sea aprobada en el primer año de gestión del PRI, mientras que el promedio de respuestas arrojó una clasificación de 2.4.
Ante la misma pregunta, pero en relación a la reforma energética, las respuestas de los 13 encuestados resultaron en una mediana de 3 (poco probable) y un promedio de 2.8.
La respuesta de los analistas refleja el hecho de que la aprobación de la reforma energética requiere mayorías especiales en el Congreso.
México, el séptimo productor mundial de petróleo, administra y explota este recurso a través de la empresa estatal Pemex, un “elefante blanco” que destina gran parte de sus recursos al Gobierno y que ve limitada en su capacidad de invertir, sobre todo en exploración y producción.
Propuestas para abrir la empresa al capital privado han sido resistidas por años por la izquierda (que sería la segunda fuerza legislativa en la Cámara de Diputados) e incluso por el propio PRI.
“En los próximos seis años no preveo una propiedad privada parcial de Pemex como lo que hemos visto en Brasil y Colombia, pero podría haber algunas asociaciones”, opinó el economista de Capital Economics basado en Londres, David Rees.
Tras las elecciones del domingo 1 de julio, el PRI, que postuló a Enrique Peña Nieto, no alcanzará la mayoría absoluta en las cámaras, por lo que deberá enfrascarse en negociaciones para aprobar reformas.
La energética será una de las tareas más complejas para Peña Nieto y probablemente requerirá de todo su mandato de seis años para alcanzar una versión suavizada con respecto a lo prometido en campaña, dijeron especialistas.
“Lo que el Congreso no apruebe en el primer año de Peña Nieto, no será aprobado en todo el sexenio”, pronosticó Benito Berber, economista de la firma Nomura Securities en Nueva York.
El camino podría ponerse cuesta arriba para el PRI, partido que aprobó o bloqueó reformas del PAN.
Peña Nieto”
necesita demostrar liderazgo político y capacidad de negociación para convencer al Congreso, a los partidos políticos y a la sociedad acerca de los beneficios de los cambios estructurales”, señaló el analista para América Latina de Moody’s Analytics, Alfredo Coutiño.
Pese a la esperada y radical oposición del PRD, el sondeo indicó que la reforma laboral es considerada como la segunda con mayor probabilidad de ser aprobada durante los dos primeros años del sexenio.
En tanto, los cambios en materia de competencia fueron relegados a la categoría de “poco probables” por casi todos los analistas consultados, pese al conocido imperio de escasos y muy poderosos jugadores en sectores como las telecomunicaciones.
Se espera que grupos de poder, como empresarios y sindicatos, le pasen la factura al PRI por el apoyo que le brindaron durante la campaña.
“Peña Nieto tiene compromisos con grupos de interés que no están dispuestos a aceptar reformas de competencia, laborales o de energía”, afirmó Samuel Moreno, del grupo financiero Invex.
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