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CIUDAD DE MÉXICO, 11 de octubre de 2016.- Al pasar de la legislación a la aplicación del Sistema Nacional de Fiscalización, la eficacia de este mecanismo y las reformas recientes dependen de otros participantes como la Secretaría de la Función Pública —entidad federal responsable de control interno—, así como los órganos de auditoría gubernamental subnacionales donde los marcos jurídicos, capacidades, recursos y necesidades son distintos, señaló un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre la gobernanza pública.
El organismo internacional presentó un análisis para el fortalecimiento de la rendición de cuentas para el buen gobierno ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF) donde apunta que un sistema de supervisión y vínculos entre las entidades de fiscalización, el poder legislativo, el ejecutivo y la ciudadanía influyen sobre el impacto del trabajo de las instituciones que integran el Sistema Nacional de Fiscalización.
En su perspectiva general y propuestas de acción, el estudio de la OCDE sobre este Sistema y la ASF se centra en factores estratégicos amplios y toma en cuenta los esfuerzos individuales y coordinados de las instituciones pertinentes para lograr resultados en materia de gobernanza.
El secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, expuso que el Sistema Nacional de Fiscalización podría lograr resultados en políticas públicas al definir sus actividades y prioridades estratégicas a corto, mediano y largo plazo, principalmente fortaleciendo a sus miembros en materia de auditoría.
Además, asignar a una unidad dentro del SNF como el nuevo Grupo de Trabajo sobre Transparencia, la responsabilidad primordial de definir y coordinar las aportaciones del Sistema Nacional de Transparencia, así como definir la responsabilidad primordial de coordinarse, a fin de mejorar la eficacia de iniciativas de datos abiertos.
En tanto, considera que la ASF podría perfeccionar su estrategia para responder eficazmente a un mandato más amplio y controlar el riesgo de extralimitarse en el uso de sus facultades al comunicar una visión, objetivos y procedimientos claros respecto a la auditoría forense y las nuevas funciones de investigación, en la cual se destaque su ventaja comparativa en auditoría y control.
También, revaluar elementos fundamentales de agilidad estratégica y operativa, incluida su flexibilidad de recursos y unidad de liderazgo; y adaptar su programación de auditoría basada en riesgos para priorizar como asignar recursos y reducir el volumen de auditorías realizadas.
La propuesta de acción apunta que el SNF podría corregir deficiencias jurídicas, de política pública y aplicación, y atender retos para mejorar la auditoría y aumentar la rendición de cuentas al fortalecer la autonomía de las instituciones de fiscalización subnacionales en México, aprovechando el ímpetu de las medidas recientes en el que se incluyó dicho mecanismo en la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción.
En el caso de Congreso, para garantizar la pertinencia e impacto del trabajo de la ASF, la OCDE sugiere que podría fortalecer sus propias capacidades técnicas, mientras que la Auditoría mejore sus aportaciones a la buena gobernanza a través de dirigir estudios sobre la aplicación del Sistema Nacional de Transparencia y hacer evaluaciones de las deficiencias sistémicas en materia de control interno y gestión de riesgos para complementar sus auditorías forenses e investigaciones.