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CIUDAD DE MÉXICO, 03 de noviembre de 2017.- El Templo Mayor ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, estrenó este viernes un nuevo acceso y vestíbulo que permitirá al público visitante un ingreso controlado y la oportunidad de conocer vestigios descubiertos en el espacio sagrado de la antigua Tenochtitlán.
El jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa encabezó la presentación de este acceso, quien aseguró que uno de los proyectos más importantes de su gestión ha sido el rescate del Centro Histórico, mismo “que no se agota en un sexenio y tiene que seguir hasta lograr una armonía total”.
A tres décadas de la inauguración del Museo y a 40 años del surgimiento del Proyecto Templo Mayor, la nueva entrada será por la Plaza Manuel Gamio al pie del Templo Mayor.
El Museo del Templo Mayor recibe cada año alrededor de 700 mil personas –20 por ciento público extranjero– y, de acuerdo con el mandatario capitalino, se trata de un sitio de convocatoria obligado en la CDMX.
Durante las labores de construcción de dicho acceso entre 2009 y 2012, tuvieron lugar diversos hallazgos, entre los que destacan ofrendas con objetos funerarios y huesos; la ubicación de los cimientos del seminario Conciliar de México (1688-1933), piezas de deidades y objetos, lo mismo que restos cerámicos de la época colonial: mayólicas, loza fina y porcelana china, los cuales formarán parte de las vitrinas exhibidas.
Se localizaron también los desplantes de estructuras prehispánicas como la sección de Cuauhxicalco “lugar del recipiente de águila”, cuya estructura circular decorada con esculturas en forma de cabeza de serpiente, se relacionaba con ceremonias del fuego y pertenece al mandato de Moctezuma Ilhuicamina.
Además fue descubierto un encino considerado sagrado del periodo de 1440 a 1469 nombrado Xócotl, que comunicaba el plano terrestre con el inframundo.
Con la finalidad de mostrar al público más hallazgos, personal del INAH estima que a mediano plazo se amplíe el recorrido por el vestíbulo, cuya superficie mide 50 metros de longitud y 24 metros de ancho, con una profundidad de hasta 7 metros.
El mandatario capitalino reconoció como fundamental el acompañamiento del INAH en el impulso a la cultura y sus representaciones, rescates, exposiciones, apertura de museos, entre otros, en la Ciudad de México.
“Tenemos una plancha de Zócalo digna, renovada, rescatada. Ya se hablaba de los corredores en Guatemala, de las demás calles aledañas que hemos venido rescatando poco a poco y volviendo a la belleza que –obviamente- cautiva a propios y extraños de nuestro Centro Histórico”, abundó.