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CIUDAD DE MÉXICO, 1 de abril de 2025.- En los próximos cinco años podrían desaparecer en México los tres glaciares que quedan en el territorio (Citlaltépetl, Iztaccíhuatl y Popocatepetl), especialmente porque hace poco tiempo el Pico de Orizaba “parece estar en franco despertar”, alertó el investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, Hugo Delgado Granados.
Al participar en la mesa de trabajo Glaciares, cambio climático y gestión local de caudales hídricos, organizado por la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoUS) de la Universidad Nacional, abundó que si bien su conservación no es viable, su desaparición afecta el aporte de agua de fusión al sistema hidrológico regional.
En ocasión del Día Mundial de los Glaciares y el Decenio de Acción para las Ciencias Criosféricas (2025-2034), el científico precisó:
La disminución del vital líquido que proporcionan afecta al clima local, la agricultura y disponibilidad de este recurso para consumo humano, razón por la cual debemos planear las medidas de adaptabilidad a las nuevas condiciones.
En la mesa -moderada por Eduardo Vega López, titular de la CoUS-, el vulcanólogo manifestó que en el Iztaccíhuatl “se niegan a morir”, pues son protegidos por las estructuras volcánicas y apenas sobreviven. En el caso del Popocatépetl su desaparición se debe a la combinación del aumento de la temperatura y la entrada en erupción del volcán.
Con respecto al Citlaltépetl, si bien está por arriba de la línea de equilibro (cinco mil 300 metros), en recientes imágenes de la estructura aparece el basamento rocoso y se ha visto la reducción en la masa del sitio. Pero las mediciones indican que en los últimos cinco años se ha perdido 20 por ciento del tamaño del glaciar, es decir, está en extinción.
Comentó que “parece que el volcán quiere despertar” y hay indicios de incremento de la actividad del Pico de Orizaba, esto suma eventos para la pérdida de la masa de hielo acumulada.
Alto costo
A su vez, Francisco Estrada Porrúa, coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, recordó que en el proceso de pérdida de los glaciares está el cambio climático, sobre todo porque en los próximos años estaremos por arriba del límite de temperatura que alertaron hace tiempo los científicos que no se podía rebasar.
En el caso de México el problema es la anomalía que fue de 2.14 grados respecto al periodo preindustrial; es decir, nos hemos calentado a una tasa más alta que el promedio global. Los cálculos indican que ha sido 3.2 grados en promedio al siglo, mientras que el mundo lo hace en 2 grados al siglo.
El economista rememoró que esto tiene alto costo para las naciones, lo cual suele revisarse con respecto al producto interno bruto (PIB). En nuestro país los cálculos indican que se verá especialmente afectado el corredor industrial.
Ante estudiantes e investigadores reunidos en el Aula Magna de la Facultad de Economía, Sophie Ávila Foucat, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas, compartió que según datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), 67.8 por ciento de la consumida se destina al sector agropecuario y 14.7 por ciento al público-urbano y doméstico.
Además, expuso algunos resultados del estudio “Gestión colaborativa de los servicios ecosistémicos hidrológicos: un análisis de redes sociales multinivel de una cuenca hidrográfica mexicana”, en donde se explica que el tema es crucial para su conservación y relaciona a diversos actores en gestión ambiental y del uso del suelo.
Para el trabajo, publicado recientemente en la revista Environmental Management, se revisaron las redes colaborativas y entre estos niveles en la cuenca Copalita-Huatulco, México utilizando un enfoque de redes sociales monoplex y multiplex para comprender las interacciones de los actores.
La especialista detalló que los resultados indican que las redes de gestión ambiental –organizaciones no gubernamentales, autoridades como CONAGUA y gobiernos municipales– y del uso del suelo son diversas y policéntricas, con las ONG desempeñando un papel influyente. En contraste, la red de aprovechamiento físico está centralizada y dominada por actores gubernamentales.
Ávila Foucat enfatizó: Sigue habiendo un problema de acceso al agua en las zonas rurales, los servicios ecosistémicos hidrológicos deben retomarse y el papel de las comunidades tiene que ser más importante de lo que ocurre ahora para una buena gobernanza.