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NUEVA YORK, EU, 20 de abril de 2025. — El Lincoln Center vibró este fin de semana con una de las presentaciones más conmovedoras de la temporada teatral con la puesta en escena de Hamlet, la icónica obra de William Shakespeare, interpretada por un elenco compuesto por ocho jóvenes actores peruanos con síndrome de Down.
La función, parte del Big Umbrella Festival, emocionó profundamente a un público que respondió con una ovación de pie y aplausos prolongados.
Dirigida por la peruana Chela De Ferrari y producida por Teatro La Plaza, la producción llegó a Nueva York como parte de su gira internacional, que incluye paradas en Perú, Inglaterra, Corea del Sur, Francia y Canadá. La propuesta no solo reinterpreta uno de los clásicos más complejos de la dramaturgia universal, sino que también se convierte en un poderoso manifiesto artístico sobre la inclusión, la diversidad y el poder transformador del teatro.
La audiencia, en su mayoría compuesta por familias con miembros con síndrome de Down y residentes del área metropolitana de Nueva York, recibió con entusiasmo una versión cargada de autenticidad, belleza y emoción. Luego de un año de ensayos, cada actor brilló con una entrega impecable, demostrando una profunda comprensión de sus personajes y una conexión genuina con el texto shakespeariano.
La adaptación respetó la esencia del original, mientras incorporaba las vivencias y aportes personales de los intérpretes, lo que dio como resultado una obra fresca, honesta y conmovedora.
El impacto fue tal que, al finalizar la función, el público se puso de pie entre aplausos y lágrimas, reconociendo el talento y la entrega de estos talentosos jóvenes. La función cerró con una atmósfera de alegría y emoción, reflejo del entusiasmo generado por una puesta en escena poderosa y profundamente humana.
Esta versión de Hamlet desafía los estereotipos sobre lo que significa hacer teatro profesional y plantea una reflexión sobre qué entendemos por belleza, talento y normalidad en el arte y en la vida. Con su paso por Nueva York, esta producción confirma que el teatro sigue siendo un espacio de encuentro, cuestionamiento y esperanza, así en el corazón de la Gran Manzana, el arte volvió a recordarnos que todos merecemos un lugar en el escenario.